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El Gobierno no decidirá sobre la legalización de Herri Batasuna como partido político hasta diciembre

La decisión del Gobierno sobre la solicitud de Herri Batasuna para convertirse en partido político no se adoptará, en principio, hasta el primer día de diciembre, en que se cumplen los 90 días de plazo abierto el 30 de agosto, fecha en que la documentación fue devuelta a la coalición para que efectúe en la misma algunas precisiones. Una de ellas obligaría a HB a aceptar que no son directamente asumibles como electos del nuevo partido los concejales, diputados y miembros de los parlamentos vasco y español que fueron designados para sus cargos como candidatos de una coalición electoral.Antes de que ayer concluyera el plazo para legalizar a HB como partido, o solicitar nuevas concreciones sobre algunos puntos de su documentación, el Ministerio del Interior ha remitido nuevamente ésta a la coalición abertzale radical para que "aclare nuevas dudas" sobre al menos tres aspectos concretos: acatamiento a la Constitución, condición de sus militantes y situación legal de los cargos electos. Con respecto al primer punto, Interior exige a HB que concrete a qué se refiere la expresión "acatamiento constitucional", al que se hace mención en su documentación. Se pretende que Herri Batasuna incluya en la misma la precisión "Constitución española de 1978".

Otro punto sobre el que se ha pedido una aclaración a la coalición se refiere a la edad mínima para ser militante del futuro partido. La ley establece que pueden pertenecer a un partido político "los españoles mayores de 18 años"., En la documentacion que presentó HB únicamente había una referencia a "los mayores de 18 años". Cree Interior que debe incluirseja expresión "los españoles mayores de 18 años".

La corrección sin duda más polérnica por su trascendencia política y económica tiene que ver con la situación legal de los actuales cargos electos de HB. En su documentación se establecía que los conceJales, diputados provinciales y miembros de los parlamentos vasco y español que fueron elegidos como candidatos de la coalición electoral pasarán automáticamente: a ser considerados como cargos electos del nuevo partido. El Minísterio del Interior considera que no es posible esta interpretación, ya que, en su opinión, los cargos correspondieron a candidatos de una coalición electoral, inscrita como tal, y no ha lugar a su traslado automático -como si de una herencia se tratara- a un partido que no se presentó a las elecciones con esa condición.

Si HB aceptara esa reforma de su documentación que se le exige, renunciaría a uno de los objetivos que le llevaron a plantear su legalizacion como partido: cobrar las asignaciones que los grupos parlamentarios reciben en el Congreso, y que HB tiene retenidas desde la legislatura anterior. Txomin Ziluaga, dirigente de Herri Batasuna, estima que la cifra de estas retenciones supera los 20 millones de pesetas.

Dar largas al asunto

Si en el plazo de 90 días, a partir del 31 de agosto, Herri Batasuna no remitiera nuevamente la documentación con las precisiones que se le han solicitado, el asunto, de acuerdo con el contenido de la ley de Procedimiento Administrativo, se archivaría.Si respondiera con correcciones parciales, se le remitiría nuevamente aquélla, abriéndose así un nuevo plazo de 90 días. Aun en el caso de que cumplieran todas las exigencias que se le han hecho en la última ocasión, el Ministerio del Interior es prácticamente seguro que encontraría en la documentación nuevos argumentos para ex¡gir otras aclaraciones de última hora.

En definitiva: el Gobierno ha encontrado un procedimiento legal para posponer en el tiempo una decisión que políticamente le resulta hoy por hoy muy delicada. Las distintas fuentes gubernamentales consultadas por este periódico coinciden en que hay interés en legalizar a HB como partido, pero que no es el momento apropiado para ello, máxime cuando está aún fresco el recuerdo de la reciente guerra de las banderas, iniciada y especialmente protagonizada por la coalición Herri Batasuna.

Los responsables del Ministerio del Interior consideran que por parte de HB "es contradictorio pedir su legalización como partido, lo que supone aceptar un marco legal, y por otro adoptar comportamientos inconstitucionales como el mantenido con respecto a la bandera española". Ziluaga considera a este respecto que no es una contradicción para Herri Batasuna pedir su legalización. "Nuestro objetivo", declaró a este periódico la semana pasada, "no es chocar de forma permanente contra una Constitución que no aprobamos en su día. No se nos puede atribuir intencionalidad a priori en ese sentido. Nosotros defendemos las reivindicaciones del pueblo vasco, como es su bandera, y si por hacerlo chocamos con la Constitución, eso es otra cosa".

"Para nosostros", ha añadido Txomin Ziluaga, "no legalizarnos supone lo mismo que ilegalizarnos. Si eso sucede nos radicalizaremos aún más y se producirá un recrudecimiento de la lucha de masas. Se cerrará también cualquier vía de diálogo con nosotros por parte del Gobierno o las gentes de su partido".

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