La oposición filipina pide un Gobierno de transición para evitar un golpe militar

El líder de la oposición filipina, Salvador Laurel, pidió ayer la formación de un Gobierno de transición "para evitar que los militares tomen el poder". Mientras tanto, aumenta la tensión a medida que se aproximan los funerales, mañana, de Benigno Aquino, dirigente opositor asesinado el día 21.

En unas declaraciones a la agencia France Press, Laurel afirma que era posible que el estado de salud del presidente Marcos se deteriore rápidamente. "En ese caso no debería dejarnos en herencia el caos", afirmó Laurel, presidente de la Organización Democrática Unida, que agrupa a 12 formaciones políticas de la oposición.

Desde hace años circulan rumores en Manila de que el presidente filipino padece una grave enfermedad de los riñones. "Si esto es cierto, puede crearse un vacío político del que se aprovechen los militares para tomar el poder", añadió Laurel. Señaló que para evitar este riesgo era necesaria la rápida formación de un Gobierno de coalición "del que formen parte gentes que gozan de credibilidad".

El asesinato de Aquino ha minado la credibilidad del régimen filipino que, a duras penas, ha logrado completar la comisión investigadora, tras la negativa a formar parte de ella formulada por varios jueces y el propio cardenal Jaime Sin, arzobispo de Manila.

Según algunos observadores y diplomáticos occidentales, el Ejército filipino está obstruyendo deliberadamente la investigación del asesinato e incluso han contribuido a agravar las,sospechas contra el régimen de Marcos mediante un comportamiento ambiguo, cuyo objetivo es ganar tiempo.

Entre tanto, crece la tensión en vísperas de los funerales de Benigno Aquino, que se celebrarán mañana en Manila. Las autoridades, la Iglesia y la oposición moderada desean evitar que estos actos degeneren en combates callejeros. Los moderados temen provocaciones de los militares, como ocurrió en 1972 en víspera de la implantación de la ley marcial.