El Gobierno de Zia no negociará en Pakistán con la 'gentuza' que aboga por la democracia
El general Mobamed Zia Ul Haq abandonó ayer Islamabad en viaje oficial a Ankara tras haber rechazado cualquier tipo de diálogo con la gentuza que pretende querer restablecer la democracia en Pakistán".
El Movimiento para la Restauración de la Democracia (MRD) lanzó el lunes un llamamiento de huelga general en el Sind (sur del país), para el día 3 de septiembre, pidiendo a sus militantes que se manifiesten para protestar por las 40 personas muertas por la policía desde que comenzaron las agitaciones, el 14 de agosto. El presidente de Pakistán, preguntado por los periodistas antes de emprender su viaje a Turquía, donde permanecerá en visita oficial durante seis días, manifestó que no tenía la menor intención de reunir a los políticos para discutir la situación, ya que "las asambleas políticas provocan el caos en el país".La mayoría de los jefes de la oposición han sido detenidos en los últimos días. El general Zia se mostró satisfecho al ver "que los incidentes en la provincia del Sind, provocados por un puñado de agitadores a sueldo extranjero, hayan declinado en el transcurso de los últimos días".
El jefe de Estado, que parecía envejecido y preocupado, agregó que los caballeros que dirigen "el pretendido movimiento para el pretendido retorno de la democracia, hacen las cosas al revés", recurriendo a la violencia. "La violencia no será tolerada bajo ningún motivo en la vida política de Pakistán", agregó Zia.
Por su parte, un portavoz de la oposición afirmó que más de 10.000 personas habían sido detenidas en el Sind. Tras dos semanas de disturbios, localizados principalmente en el sur del país, los observadores extranjeros constatan que se ha producido un profundo cambio en las posturas. Ya nadie teme hablar de política, y la idea de que el país mantiene una situación estable y de que el Ejército está sólidamente asentado en el poder es puesta enn cuarentena.
Incidentes en la India
Varios millares de sijs arrasaron el lunes las oficinas del jefe de la administración de la ciudad sagrada de Amritsar, en el Estado indio de Punjab (al noroeste del país), según la agencia india de prensa PTI. La policía se vio obligada a hacer uso de gases lacrimógenos para dispersar a las masas, cuyo número se calculaba en unas 15.000 o 20.000 personas.Otras cinco localidades del Punjab -Jullundur, Ropar, Ludhina, Ferozepur y Sangrur-, consideradas como bastiones del partido sij Akali Dal (Partido de la Eternidad), han sido escenario de violentos enfrentamientos entre la policía y los sijs. El Akali Dal hizo un llamamiento para obstaculizar la labor del Gobierno en demanda de una mayor autonomía para el Punjab.
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