La salud de José Bergamín pasa por momentos dramáticos
José Bergamín, escritor, de 87 años, uno de los más significados miembros de la generación del 27, libra lo que se teme que sea su última batalla contra la muerte en su casa de San Sebastián, según confirmaron ayer a EL PAIS fuentes allegadas a la familia del intelectual.
Bergamín, que lleva residiendo un año en esta ciudad, ha entrado en un proceso muy grave, no sólo por la hemiplejia que sufre sino por los achaques propios de la edad que tiene.
A ello se añade el deseo del escritor de permanecer en su domicilio, frente a los deseos de su familia de ingresarle en un centro sanitario, lo que pone de manifiesto el grado de consciencia del que fuera director de la prestigiosa revista Cruz y Raya.Las mismas fuentes han informado a este diario que el poeta se niega a ingerir alimentos, lo que ha venido a agravar el proceso de su enfermedad.
Un peregrino
Bergamín, que manifestó recientemente ser "un peregrino de una España que ya no está en mí", declaraba poco después de instalarse en su casa donostiarra que su decisión de residir en Euskadi estaba motivada por la creencia "de que no me siento en España". Ya entonces su estado de salud se veía afectado por algunos achaques y por el proceso de adelgazamiento progresivo que ha tenido en los últimos tiempos.Fue precisamente su salud la que impidió su presencia más activa en la vida cultural donostiarra y vasca. Sin embargo, además de la publicación de diversos artículos en el diario Egin -por uno de los cuales fue recientemente procesado-, y sus declaraciones a su amigo el autor teatral Alfonso Sastre para la revista Punto y Hora, apareció en el libro Negociar-Encuesta sobre las negociaciones Eta-Gobierno, siendo uno de los presentadores de esta último libro en público.
Sus apariciones en público más frecuentes tuvieron efecto con motivo de las últimas elecciones municipales, en las que participó en mítines en favor de la coalición Herri Batasuna, desplazándose incluso a pueblos de la provincia de Navarra. Fue esta coalición política la que arropó su figura y saludó su venida a Euskadi, teniéndole por uno de los intelectuales mas prestigiosas que firmarían las listas de apoyo a dicha coalición y que haría activa campaña en favor de sus opciones.
Con motivo de la concesión del último premio Cervantes, Jose Bergamín, que figuraba insistentemente como un claro favorito, manifestó su desdén por el galardón, asegurando que había aceptado el premio Salinas y el Pablo Iglesias " por la significación republicana de ambos".
El escritor, que comenzó a contar cuanto vivía ya a sus catorce años, "oyendo hablar a los analfabetos, porque eso es el pueblo", según sus palabras, que luego fue secretario político de su padre, cuando éste era ministro del Gobierno Maura en 1921, así como director general de Acción Social y comisario social de Seguros en la República, ha declarado recientemente no ser un político sino un escritor.
Crítica de un libro reciente de Bergamín en el suplemento LIBROS de hoy.
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