Avión norteamericano recogido en alta mar por un petrolero español

Dos meses después de que el buque carguero español Alraigo protagonizara un insólito suceso, al posarse sobre su cubierta un avión Harrier de la Armada británica, averiado y sin combustible, con el que arribó al puerto de Santa Cruz de Tenerifé, otro barco, el Lérida, de la Compañía Española de Petróleo SA (CEPSA), trasladó hasta el mismo puerto, al que llegó el pasado jueves, una aeronave de la Armada norteamericana, de cerca de seis metros de largo, sin cabina para piloto, dirigido a distancia por radio, que había rescatado en aguas del Caribe, en la zona conocida como el triángulo de las Bermudas.

El aparato, de color naranja, con dos alas de 2,20 metros de largo en cada lado, de forma puntiaguda (un target aircraft T-119), es utilizado para ejercicios de tiro, y fue hallado por la tripulación del petrolero español en un lugar frecuentado por tiburones, según señaló en Tenerife, a EL PAIS uno de los marineros, Armando Hernández Medina. El petrolero hacía la ruta México-Canarias. Una vez en la isla, el avión militar norteamericano fue llevado en una gabarra hasta el muelle y depositado en un almacén de frutas, bajo la custodia de la Comandancia de Marina de Tenerife, desde donde será devuelto a su país de origen.

Una inscripción visible en la parte posterior del aparato, fija el pago de una recompensa para quien descubra la aeronave y la devuelva a una base de los Estados Unidos en Puerto Rico.