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La crisis bancaria ha necesitado apoyos públicos cercanos al billón de pesetas, en los últimos seis años

Entre 650.000 millones y un billón de pesetas se cifran, en medios financieros oficiosos, los recursos públicos prestados a la crisis bancaria. Las estimaciones han sido extraídas fundamentalmente de los balances del Banco de España, poco expresivos al respecto, pese a que desde la oposición el partido que lleva ocho meses en el Gobierno pidió en reiteradas ocasiones la publicación de datos. Hasta la fecha, cuando desde el banco emisor se afirma que la crisis ha terminado, al menos en sus casos más graves, los créditos y apoyos directos han ido a 51 de los 110 bancos españoles y han sentado las bases para la concentración y reconversión económica más costosa.

La mayor parte de los apoyos han sido facilitados en el último año y medio, en que han sido tratadas 33 de las 51 entidades bancarias que han necesitado públicamente ayudas. No ha sido sólo el período de crisis más grandes, sino también el de las más numerosas. El mayor número ha correspondido a lo que va de 1983, con el paso del Urquijo al Banco Hispano y la crisis de los 20 bancos de Rumasa. También se ha dado solución al caso Banca Catalana, planteado en 1982 junto con los del Industrial de Cataluña, Industrial del Mediterráneo, Barcelona, Gerona, Alicante y Crédito e Inversiones. En el mismo ejercicio fueron auxiliados Unión, Mas Sardá, Levante, Nuevo Banco y Gredos.Un estudio circulado en el Ministerio. de Hacienda poco antes de que pasara a ser de Economía y Hacienda cifraba el apoyo público prestado hasta finales de 1981 en 200.000 millones de pesetas, una vez excluidos los 141.300 millones de crédito para tesorería entregados por el Banco de España a una entidad que no se ha declarado en crisis. Hecha esta y otra pequeña excepción, cuyos nombres no aparecen recogidos en la relación ad junta por las mismas razones, en traban en el cómputo total los 108.000 millones de pesetas restantes que suman los otros 15 bancos de la lista, los 71.000 millones de anticipos del Banco de España al Fondo de Garantía de Depósitos y un mínimo de 9.000 millones en aportaciones a esta sociedad formada teóricamente a medias entre la banca privada y el banco emisor.

Lista incompleta

Aparte de formular críticas sobre las pocas garantías tomadas para entregar los créditos de tesorería -portavoces del Banco de España han contestado que el Gobierno los autorizó y ninguno ha resultado fallido, pues han pagado los avalistas absorbentes-, el citado informe señalaba que la lista no podía ser completa. Por una parte, apuntaba que a finales de 1981 eran ya de dominio público posibles créditos a Banca Catala, Bankunión y Mas Sardà, entre otros. Igualmente, al terminar el año el Banco de España lucía en sus balances públicos un total de 447.000 millones de pesetas dispo nibles por las entidades de crédito, de ellos 283.800 en el concepto "otros créditos", siendo el resto para redescuento y control de liquidez. Y tampoco la relación confidencial recogía al Banco de Navarra, que necesitó cerca de 10.000 millones de pesetas, en gran parte dados por perdidos. Un año después, a finales de 1982, en los balances que acaba de facilitar su Infonne anual 1982, el Banco de España había elevado sus créditos a la banca de 3,73.900 a 520.900 millones de pesetas (es decir, 147.000 millones). Para comparar en términos homogéneos, el concepto "otros créditos", que parece ser el de las líneas de tesorería, ha crecido durante 1982 desde 212.800 millones de pesetas a 459.500 millones (es decir, 175.700 millones).Debido a la falta de información, a los analistas de los balances numéricos del Banco de España se les plantea la duda de si en esos 459.500 millones de "otros créditos" se cuentan los anticipos al Fondo de Garantía de Depósitos Bancarios. Éstos, según ha informado recientemente el Fondo de Garantía de Depósitos (véase EL PAÍS del 17 de mayo), aumentaron durante 1982 desde 71.000 a 229.8 10 millones de pesetas (es decir, casi en 159.000 millones). Como en los balances mensuales del.Banco de España hay una partida que crece en similar cantidad, se inclinan a pensar que sí están incluidos, aunque en ese caso los créditos de tesorería a bancos quedarían por debajo de los 150.000 millones. Esto parece descartado, según el mismo razonamiento, a no ser que parte de los apoyos se contabilicen en los balances mensuales dentro del capítulo "diversas cuentas", que se engrosó durante el ejercicio en 137.000 millones de pesetas. A tal capítulo, que durante los dos primeros meses del presente año subió en otros 193.000 millones de pesetas, hasta situarse en 552.000 millones, se suelen llevar todas las cuentas de activos que no tienen concepto en balance. Este inexplicado cajón de sastre aumentó desde diciembre: de 1981 hasta el 28 de febrero de 1983, cinco días después de la expropiación de Rumasa, en 330.000 millones de pesetas, pues antes estaba en 222.000 millones. Se da la circunstancia de que, durante los dos primeros meses del año, cuando se recrudeció la crisis de Banca Catalana y ya estaba planteada la salida masiva de depósitos en la veintena de bancos del holding de la abeja, el único concepto de los balances mensuales del Banco de España que experimenta una sustancial variación -la ya citada de 193.000 millones- es el de "diversas cuentas". Por todo ello, las fuentes consultadas apuntan que la estimación mínima contrastada de 200.000 millones en apoyos empleados hasta finales de 1981 crecieron durante el ejercicio siguiente en por lo menos 300.000 millones de pesetas. Para otros medios, esta cifra resulta excesivamente conservadora, pues sólo los datos conocidos ya oficialmente diceri que los adelantos al Fondo crecieron 150.000 millones y los créditos directos del Banco de España a Banca Catalana -no se precisó si la matriz o sus bancos filiales- supusieron otros 130.000 millones. Pero a ese mínimo de mínimos de 500.000 millones -los 200.000 de 1981 y los 300.000 nuevos de 1982- hay que sumar los meses transcurridos del presente ejercicio, en que tanto el número de entidades en crisis tratado como su volumen hacen considerar tan importante en apoyos públicos como todo 1982. Los únicos datos oficiales que se pueden añadir a la estimación mínima son los 107.000 millones de pesetas revelados por el subgobernador del Banco de España, Mariano Rubio, como apoyos de tesorería prestados por el Banco de España al grupo Rumasa, donde el Fondo de Garantía de Depósitos se limita a actuar de administrador. Sumados a los anteriores, se llega a 607.000 millones. Sin embargo, cabe añadir que el concepto identificado por los analistas de balances del Baneo de España como posible fuente de los anticipos al Fondo creció durante enero y febrero pasado en 23.000 millones de pesetas, al tiempo que el de "diversas cuentas" aumentaba en la ya mencionada' cifra de 193.000 millones.

La reconversión bancaria

Sean 650.000 o un billón de pesetas, cualquier cifra que se adopte contrasta fuertemente con los 27.000 millones de pesetas aportados por la banca al Fondo de Garantía de Depósitos: 5.500 de aportación patrimonial, 6.300 de cuotas 1980, 7.900 de 1981 y 8.100 de 1982. Cuotas paritarias que también ha tenido que poner el Banco de España, sin que aparezcan en ninguna cuenta de activo.Con dichos recursos, la banca ha iniciado una verdadera reconversión, la más costosa entre las registradas, según han apuntado medios de la Administración. Ello ha servido para sanear a lo mejor del sector, que actualmente ve con recelos los apoyos que se le piden a través de coeficientes de menor remuneración que la del mercado para que contribuya a la reestructuración y reindustrialización.

La reconversión bancaria ha puesto los bancos tratados en manos de la gran banca y se ha hecho, de acuerdo con los mismos medios, sin compromisos por parte de los beneficiados. La expansión del sector ha continuado sin freno (el número de oficinas creció un 7,9% en 1982, después de haberse triplicado desde 1973); la plantilla permanece prácticamente intocada, aunque los grandes han empezado a reducirla en los últimos años y en 1982 bajó en 1.200 trabajadores; la absorción de bancos en crisis ha evitado su nacionalización o el paso a la banca extranjera, temidas por igual entre los siete grandes, y los apoyos públicos han contribuido a mejorar la imagen de toda la banca.

Por su parte, los portavoces bancarios no están de acuerdo con estas afirmaciones. Mantienen fundamentalmente que los créditos del Banco de España son al 8% de interés y serán devueltos. Sin entrar en polémica, desde las fuentes consultadas se indica que, al margen de los rendimientos que obtiene la banca por sus créditos al Banco de España, las ayudas prestadas a la crisis sólo serán recuperadas en una parte, que quizá no llegue a suponer ni la mitad del dinero que ha surtido ya efectos monetarios.

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