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Las cuotas a la Seguridad Social subirán el próximo año un 10%, para recaudar algo mas de 2,4 billones de pesetas

La Seguridad Social espera ingresar en 1984 por cotizaciones de empresarios y trabajadores 2,4 billones de pesetas, frente a los 2,2 previstos para el presente año, según el borrador de presupuestos. Este incremento de 10%, equivalente a poco más de 220.000 millones, quedará por debajo de los 283.000 presupuestados para 1983. Su reparto será, además, muy desigual, debido a que el Gobierno socialista proyecta otro tipo de redistribución, basada en la reducción de tipos y la elevación de las bases. Para la mayoría de los cotizantes, situados en el régimen general y asimilados, los tipos bajarán un punto o punto y medio, al tiempo que las bases máximas subirán más que las mínimas, si bien no tanto como este año. Pero sobre quienes menos pagan -autónomos, agricultores, comerciantes, artistas, etcétera- las elevaciones resultarán, por lo general, bastante más acusadas.

Según fuentes oficiosas, la próxima política de ingresos, al margen de las medidas para conseguir un mayor cumplimiento en el pago de cuotas, se basará en adecuar las cotizaciones efectivas a los salarios reales y en homogeneizar los distintos regímenes. Ambas líneas, como caras de la misma moneda, han sido trazadas poco a poco en los últimos años. Ahora figurarán destacadas en el esquema para la anunciada reforma del sistema de protección, y tienden a reducir el desequilibrio de los numerosos regímenes deficitarios, que a la postre saldrán simplificados.Entre los colectivos a los que la política de solidaridad diseñada pedirá el próximo año mayores esfuerzos estarán los trabajadores autónomos, para quienes las bases de cotización se pondrán al mismo nivel que las del régimen general. La misma medida afectará a los representantes de comercio, artistas, escultores y colectivos similares, tachados de sufrir menor presión de Hacienda y de la Seguridad Social que otros trabajadores.

Para todos éstos se implantará, paralelamente, una base de cotización mínima. Consistirá en dividir por doce la cuantía anual del salario mínimo interprofesional más dos pagas extras.

El resto de los regímenes quedarán todavía lejos del general, en especial el agrario, que es el más barato para los beneficiarios y el de mayor déficit. Pero no se incluirán en el mismo las anunciadas dotaciones para la reforma del empleo comunitario, entre ellas la de al menos 14.000 millones para poner en marcha un subsidio asistencial de desempleo destinado a unos 150.000 parados agrarios. En el general y asimilados -trabajadores del mar, minería del carbón y ferroviariarios-, donde está la gran mayoría de los cotizantes, las novedades consistirán en unificar los tipos de cotización en la medida de lo posible, bajarlos otra vez un punto o punto y medio, y elevar las bases sobre la que se aplican entre un 8% o 9% las mínimas y un 12% o 14% las máximas.

Así, los tipos quedarán algo por encima del 29%. La base máxima (licenciados), ahora 187.000 pesetas mensuales, se sítuará cerca de las 210.000 pesetas. La mínima, pasará de 1.301 pesetas al día a poco más de 1.400. Asimismo, los actuales doce grupos de cotización, con sus diferentes escalas, serán simplificados.

Los déficit

Por el juego de tipos y bases, según fuentes oficiosas, la presión media del régimen general y asimilados, que ya está muy cerca de los salarios reales, crecerá menos del 8% previsto de inflación. Así se podrá descargar en términos reales el coste de la mano de obra, con objeto de favorecer el empleo. Como en 1983, las más beneficiadas serán las pequeñas y medianas empresas. Pero, en opinión de medios técnicos, la política de empleo vía cotizaciones, tan solicitada por la patronal, es un objetivo más teórico que práctico.

No se ha constatado hasta ahora el efecto de la reducción de cargas para las empresas, pues se carece de información sobre la repercusión concreta de los cambios de este año. Sin embargo, la reducción de punto y medio en el tipo y la elevación de bases (13% las mínimas y 21,70% las máximas) habrá limado las disparidades registradas en 1980, cuando una muestra oficiosa detectó que las cotizaciones pagadas por empresarios por masas salariales medias de 621.000 pesetas eran del 34,34%, mientras que donde los salarios triplicaban aquella cifra la presión bajaba al 22,90%. Un estudio del Ministerio de Economía ha señalado que ya en 1982 la cotización media era del 21,96% de los salarios, correspondiendo un 18,3% de mínima a las instituciones financieras y un 24,8% de máxima a las industrias de transformación de metales.

La fijación definitiva de tipos y bases por regímenes dependerá de si finalmente la aportación del Estado a la Seguiridad Social, la otra gran fuente de ingresos, es en 1984 de 611.000 o de 625.000 millones. El objetivo es que pase del 17% al 20% del total, para llegar al 25% en 1985 y 30% en 1986. Cada punto de baja en los tipos supone para el régimen general, el único con superávit, una minoración de ingresos cercana a los 60.000 millones de pesetas.

Los grandes déficit radican en el agrario (522.000 millones estimados para 1983) y en los especiales y diversos (otros 83.000 millones). Mientras que en el general de la industria y casi todos los servicios las cuotas superarán este año en un 12% a los gastos.corrientes (1,7 y 1,5 billones, respectivamente), en el del campo apenas cubrirán un 15% (94.000 y 616.000 millones), y en los especiales, un 36%. En la minería del carbón se acercan al 40%; en el del mar, al 46%, y en el de autónomos, al 87%.

La situación no depende sólo de fuertes disparidades en las cotizaciones. Por el juego de bases y tipos, la cotización media del régimen general -superior a las 18.000 pesetas mensuales- es cuatro veces mayor a la agraria, más del doble que la de autónomos y el triple que la de otros regímenes especiales, así como algo inferior a la de la minería del mar y a la minería del carbón, donde las prestaciones son mayores. Una de las causas fundamentales, que adquirirá mayor importancia en los próximos años, es la caída de la relación activos-pasivos, próxima a la unidad en varios sectores sobretodo en el agrario.

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