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Tribuna
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De mirón a la fibra de vidrio

Los I Mundiales terminan hoy con una jornada impresionante en la que cada prueba disputada será su final correspondiente. Con once en el programa, siete masculinas -200, 1.500, relevos 4 x 400, 5.000, pértiga, maratón y disco- y cuatro femeninas -las' mismas tres primeras de los hombres, más longitud- se completarán las 41 totales, 23 masculinas y 18 femeninas, de todos los, Campeonatos. La mayor atracción, por la gran calidad de muchos candidatos, estará en los 1.500 metros masculinos -un descenso de la más antigua milla, 1609,32 metros- y hasta en los 200 -un aumento de los 100- pese a que faltará Lewis, al haber tenido miedo de romperse o fallar. Pero dos concursos, salto con pértiga y lanzamiento de disco, con los récords mundiales en peligro, volverán a mostrar su espectacularidad.El salto con garrocha, como se denomina en la América hispana, es la única prueba del programa atlético en la que el material, utilizado ayuda de forma fundamental al atleta. Su origen, como muchas otras, es antiquísimo, pues ha sido el sistema para superar vallas, zanjas, e incluso, ante animales, como los toros. Su progreso ha seguido fielmente la mejora de la pértigas. De las primeras rigidas de madera, se pasó al bambú, más flexible, pero frágil y limitado en su longitud para sostener a un hombre. Más tarde, tras unos años de material metálico, aluminio, sobre todo, se llegó, a partir de 1966, a la fibra de vidrio. Con la perfección actual -la ganancia se puede estimar sobre los 50 centímetros más en el impulso-, mezclado ya carbono o grafito, la capacidad de flexión de las pértigas, sin necesidad de utilizarlas muy largas, que sería pesado y poco manejable, la elevación es muy grande.

Al igual que ocurre en altura, con elfosbyry, su gran evolución queda reflejada en que raro es el concurso de cierto nivel en que los mejores especialistas no atacan el récord mundial. La llamada gamba o giro del cuerpo sobre el listón, tras subir con los pies hacia arriba lanzado por la pértiga en flexión, es la parte culminante de la técnica.

En cuanto al lanzamiento de disco, fue ya considerado por los griegos como uno de los ejercicios que proporcionaba más perfecdión. El Discóbolo de Mirón es, sin duda, la escultura más famosa de la historia sobre teffia deportivo. La prueba, otra reminiscencia de los lanzamientos de piedras en combate, como el peso, aunque de menor tamaño, estuvo ya en el programa de los Juegos Olímpicos antiguos del año 708 a. J. C. Se disputaba individualmente y dentro del pentatlón -athlon, lucha, en penta, cinco pruebas-

El disco -se adoptó la forma circular, no menos ancestrales, normalmente, de madera, con rebordes o añadidos metálicos, y tiene la forma de dos platos unidos por su diámetro mayor. Pesa dos kilos para los hombres y uno para las mujeres -al igual que en peso es 7,257 y cuatro, respectivamente-. Una jaula, como en martillo, salvaguarda errores en la dirección del. lailzamiento, aunque el sector válido, como en otras modalidades, está ya delimitado en 45 grados.

La técnica, esencialmente, ha evolucionado en su dinamismo. En el estilo de lanzamiento estático antiguo, exclusivamente a fuerza de brazos, se fue introduciendo el giro. El norteamericano Al Oerter, cuádruple campeón olímpico, genio atlético y psicológico que sabía prepararse para estar en el momento oportuno, creó la última variante, al lanzar más agachatlo, con lo que sacaba el brazo desde más atrás y le daba un recorrido mayor. Después, como en todos los lanzamientos, los buenos tiros son los que no colocan el ingenio a demasiada altura, que impide la máxima progesión en distancia.

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