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La diplomacia española apoyó las negociaciones para renovar la presencia de 40 franciscanos en Tierra Santa

40 frailes franciscanos de nacionalidad española, apoyados por el cónsul en Jerusalén, Ramón Armengod López, han conseguido renovar la presencia de España en Tierra Santa tras largas y penosas negociaciones. Durante el, último Capítulo Provincial Franciscano de la Custodia de Tierra Santa, seis frailes españoles de esta orden fueron elegidos como superiores de otros tantos conventos situados en territorio israelí, renovando así una presencia no interrumpida desde hace 641 años.

La Custodia de Tierra Santa, ejercida junto a Francia e Italia desde el año 1342 por decreto del papa Clemente VI, estuvo a punto de perderse después de que en 1980 la diplomacia española, dirigida por Marcelino Oreja, renunciara a los derechos españoles sobre los lugares santos situados en Israel, Chipre, Egipto, Turquía y Siria. Una gran parte de los derechos se habían perdido ya cuando la misma Custodia decidió abolir los llamados "privilegios nacionales" por iniciativa de la parte italiana y con apoyo del Vaticano. Esta medida perjudicó, sobre todo, a las comunidades franciscanas española y francesa, si bien los responsables de esta última decidieron no acatarla y siguieron manteniendo el estatuto de "propiedades nacionales" hasta entonces vigente.El ánimo de los religiosos españoles en Israel se resintió de nuevo después de que los monjes de Montserrat abandonaran el Centro Cristiano de Tantur, dedicado al estudio de los textos bíblicos. Franciscanos como Emilio Bárcena, anterior superior del convento de Ain karen, manifestaron en privado su cansancio y desilusión por la falta de apoyo. A esta desmoralización, muy generalizada entre los religiosos españoles, contribuyeron, según fuentes diplomáticas, las intrigas de un sector de la comunidad italiana encabezada por el custodio de esta nacionalidad, Ignacio Mancini. El día 8 de julio del presente año comenzó el Capítulo de la Custodia Franciscana en Tierra Santa con un negro horizonte para los intereses españoles.

Emilio Bárcena, que se tomará un año sabático o de descanso, renunció desde un principio a continuar como superior, mientras que el padre Gonzalo, superior de Getsemaní, comunicaba su decisión de volver a España. El cónsul en Jerusalén, Ramón Armengod, respaldado desde Madrid por el actual director General de Política Africana, Manuel Sassot, apoyó en todo momento las gestiones de los frailes españoles y su labor, según fuentes religiosas, ha sido de vital importancia para mantener esta particular presencia en Israel.

Turno rotatorio

Durante la segunda parte del Capítulo franciscano prevaleció el criterio de mantener el turno rotatorio para el cargo de superior de los tres conventos más importantes, lo que supone un evidente retroceso para las pretensiones italianas, preocupadas quizá, según fuentes diplomáticas, por la repercusión en el Vaticano de un abandono en masa de la comunidad española. Desde el pasado día 1 de agosto, las comunidades de franciscanos de San Juan de Ain Karem (patria de san Juan Bautista) y de San Pedro de Jafa son dirigidas por dos españoles, el padre Bon y Pedro Tomé.

Priores españoles

En cuánto a los tres santuarios más importantes, el hasta ahora superior español del Santo Sepulcro, Basilio del Río, fue trasladado con el mismo cargo a Betania, y el padre Ladó fue confirmado como Guardián de Belén. Continúan como superiores en sus conventos el vicecustodio, Justo Artaraz, al frente de la comunidad de la Flagelación, y el discreto (o representante de los frailes españoles) Ignacio Peña, en Betfagé.Basilio del Río, superior de Betania, es el último español que ha desempeñado el cargo más importante entre los franciscanos de Tierra Santa, el de procurador. Este puesto, oficialmente el tercero en el escalafón de la Custodia, es ocupado actualmente, y por primera vez en la historia, por un religioso que no ha nacido en España, el norteamericano Matteo de Benedictis, quien ha de centrar su atención en la ¡moortante y delicada cuestión financiera de la orden en esta parte del mundo. En los tres conventos mayores un sistema rotatorio hará que se turnen en la dirección de los frailes un francés, Jean Briandt (Santo Sepulcro); un italiano (en la Anunciación de Nazaret), y un español, el padre Ladó, en Belén.

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