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Un comerciante de Vitoria, muerto en atentado

Ramiro Salazar Suso, de 35 años de edad, propietario de un taller de compraventa de automóviles, resultó muerto en Vitoria, víctima de un atentado perpetrado contra su persona. Dos jóvenes, a cara descubierta, le apuntaron con un arma en la nuca cuando se disponía a abrir la puerta del comercio, poco después de las nueve y media de la mañana. Una bala le penetró en la sien izquierda, produciéndole la muerte tres horas y media más tarde en el hospital de la capital alavesa. Aunque el atentado no ha sido reivindicado, en el suelo se encontró un casquillo de 9 milímetros parabellum, marca F.N., que habitualmente utiliza ETA Militar.

La víctima, natural de la localidad alavesa de Urbina, próxima a Vitoria, donde vivía con su mujer y sus dos hijos, se dirigía a su negocio poco después de las 9.30 de la mañana. Al abrir la puerta del establecimiento de compraventa de coches "Automóviles Salazar", ubicado en un barrio de Vitoria, fue abordado por dos jóvenes que le sorprendieron por la espalda y le encañonaron con una pistola. Instantes después, uno de los terroristas efectuó un disparo que le penetró en la sien izquierda. Los jóvenes, cuya edad al parecer no rebasaba los veinte años, se dieron a la fuga, a pie, en dirección al centro de la ciudad.Detuvo el vehículo

Un cabo de la Cruz Roja que pasaba casualmente por aquel lugar, al oir el disparo, detuvo el vehículo en el que viajaba y penetró en el establecimiento. Este cabo manifestó a Efe que solicitó ayuda a una dotación de la Policía Nacional para introducir el cxuerpo del industrial en el vehículo de la Cruz Roja y trasladarlo al hospital Santiago Apóstol.

Ramiro Salazar ingresó en el centro sanitario, a las diez de la mañana, en situación de coma y con parada cardiaca. Quince minutos antes de la una del mediodía, el comerciante falleció sin que los médicos que le atendían pudieran hacer nada por salvar su vida.

Ramiro Salazar Suso no había tenido, al parecer, ningún problema laboral ni se le conocían actividades políticas. Sin embargo, el pasado mes de abril unos desconocidos rompieron los cristales de su establecimiento y presentó la correspondiente denuncia en comisaría. Aunque en un principio el negocio estaba destinado a la compraventa de automóviles, el propietario había obtenido recientemente la autorización de venta de coches de varias marcas extranjeras.

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