Espinar, presidente de la Asamblea de Madrid, renunciará tras el verano a la alcaldía de Leganés

Ramón Espinar, presidente de la Asamblea de Madrid y actual alcalde de Leganés, anunciará después del verano su renuncia definitiva a este último cargo para permanecer solamente como concejal, según fuentes socialistas solventes. Preguntado, sobre su dimisión como alcalde, Espinar no quiso pronunciarse públicamente todavía, y se limitó a señalar que en septiembre anunciará la decisión que adopte. No obstante, personas de su entorno indicaron que tal determinación la tiene ya tomada, y que no hará compatible su actual cargo municipal con la presidencia del Parlamento madrileño.

Durante la elaboración de las listas electorales, la Federación Socialista Madrileña (FSM-PSOE) previó ya la futura sustitución del alcalde de Leganés, según revelaron ayer fuentes de la ejecutiva regional. Esta localidad es la tercera ciudad castellana, sólo superada en número de habitantes por Madrid y Valladolid."El verano", explicó ayer Espinar, "me lo voy a tomar como un período de reflexión en torno a qué decisión voy a adoptar, y en septiembre anunciaré lo que haya decidido".

Fuentes de la comisión ejecutiva regional del PSOE revelaron ayer que durante la elaboración de las listas se llegó a un acuerdo verbal mediante el que Espinar pasaría a ocupar un cargo de mayor responsabilidad, y Fernando Abad, número dos de la candidatura, sería elegido nuevo alcalde. Ese acuerdo fue alcanzado por el propio Espinar con diversos miembros de la dirección madrileña del partido integrados en la comisión que elaboraba las listas. Abad participó con especial relevancia en la campaña electoral, y tuvo amplias intervenciones en los actos públicos.

En aquellos momentos era previsible que el alcalde de Leganés fuese designado director general de Administración Local. Sin embargo, el ministro de Administración Territorial nombró para este cargo a José Mariano Benítez de Lugo, y Ramón Espinar fue destinado posteriormente a la presidencia de la Asamblea.

Consulta al partido

Tras este nombramiento, el alcalde de Leganés señaló que consultaría al partido sobre su continuidad en el cargo municipal, y no especificó en ningún momento que fuera a dimitir. Ello, según fuentes socialistas solventes con cargos de responsabilidad, creó algún nerviosismo en el resto del equipo municipal de Leganés, "porque Espinar dijo digo donde estaba claro que había dicho Diego".Esta situación de supuestas tensiones es desmentida por fuentes oficiales de la FSM. Juan Barranco, secretario de Política Municipal, señaló al respecto: "Personalmente, creo que Espinar va a dimitir, porque ello seguramente será necesario a medida que vayan cogiendo ritmo los trabajos en la Comunidad Autónoma, y no ha habido ningún nerviosismo. Espinar y Fernando Abad son íntimos amigos, y Fernando es un tipo encantador".

El número dos de la candidatura, Fernando Abad, declinó hacer declaraciones sobre la situación, y negó cualquier tipo de divergencia.

Decisión personal

"Efectivamente", dijo también Juan Barranco, "cuando elaboramos las listas tuvimos en cuenta la necesidad de que el número dos estuviese ocupado por una persona que pudiera sustituir con total garantía a Ramón Espinar, en previsión de que fuese a ocupar después otro cargo". Barranco precisó que el partido no le pedirá formalmente que deje la alcaldía, sino que en todo caso se tratará de una decisión personal de Espinar."Barranco", dijo ayer un dirigente socialista de Madrid que prefirió no ser identificado, "no puede pedir a Ramón Espinar que deje uno de sus cargos porque él acumula la secretaría de Política Municipal, el puesto de diputado por Madrid y la primera tenencia de alcaldía. Tiene al chófer reventado, de un lado para otro".

Sobre este particular, Barranco argumenta que "en el partido se tiene que abrir una clarificación sobre estas situaciones, que son producto del hecho de que hemos ganado las elecciones locales, las autonómicas y las legislativas. Tenemos que ir debatiéndolo en el partido con vistas a los próximos congresos, federal y regionales. No es un problema que se plantee solamente en Madrid".

"Por otro lado", añadió, "en la secretaría regional estamos trabajando tres personas, y queda cubierta aunque yo no esté directamente. Respecto al puesto de diputado, consulté al partido si debo seguir o no, y me explicaron que en el Congreso no son muy numerosas las personas relacionadas con la política local, y que es conveniente que las haya. El alcalde me dijo también que conviene que siga, para llevar a las Cortes algunas propuestas municipales. Por ejemplo, he sido ponente de la ley sobre la Arganzuela, y seguiré también la tramitación de la ley sobre el monte de El Pardo. Y al ayuntamiento, en principio, yo no quería ir, pero, y ésta es la auténtica verdad, después de que José Barrionuevo y Joaquín Leguina dejaran el equipo municipal, los compañeros, incluso en algunos casos con una cierta presión afectiva, me pidieron que formase parte de la candidatura para después coordinar el grupo de concejales. He consultado a la ejecutiva federal sobre todo esto, y me han respondido que en diciembre me dirán lo que debo hacer".