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Obras para eliminar pasos sin guarda en la peligrosa vía férrea de Valencia a Barcelona

El arrollamiento por el tren de una furgoneta en un paso sin guarda en el término municipal de Alboraya, por el que pereció un matrimonio de mediana edad el pasado domingo, se produjo cuatro semanas después de otro accidente similar ocasionado en la misma zona y en un paso sin barrera, en Masalfasar, origen de cinco muertos. La línea férrea Valencia-Barcelona, en el tramo más próximo a la ciudad, es un trazado polémico, por actuar de muralla entre los centros urbanos de los municipios costeros y sus playas, así como el acceso a la autopista del Mediterráneo.

A raíz del último accidente, fuentes solventes de Renfe han asegurado que el puente sobre la vía, ya iniciado en el punto donde tuvo lugar el arrollamiento del 29 de mayo, se encuentra en fase muy avanzada de realización y se asegura su conclusión para el mes de octubre. Y en relación al punto negro ferroviario del domingo último, no existe un proyecto preciso de puente a desnivel ya que la Administración central está realizando un nuevo trazado de doble vía hasta Sagunto, que aportará indudables mejoras a la seguridad de los vecinos de los municipios afectados.En el futuro, esta línea ferroviaria constará de dos tramos diferenciados. El primero, el más cercano a la ciudad, discurrirá subterráneo para eliminar siete pasos sin guarda y otros con barreras que dificultan el tránsito fluido de coches por área urbana de la ciudad. A partir del barranco del Carraixet, que se integrará en el proyecto de tercer cinturón de ronda, hasta Sagunto, el segundo tramo constará de doble vía y otras mejoras a medida que los presupuestos permitan emprenderlas.

El último accidente

El accidente del pasado domingo, igual que el acaecido en mayo, se produjo, según fuentes consultadas en Renfe, por un fallo humano, por el exceso de confianza con que los vecinos de los municipios cruzan los pasos sin guarda y hacen uso de los caminos de segundo orden. La furgoneta en que viajaba el matrimonio compuesto por Miguel Fenollosa y Amparo Martí, de 56 y 55 años, respectivamente, fue arrollada por una máquina sin vagones que se dirigía hacia Sagunto. El conductor intentó evitar el arrollamiento del coche, advirtiendo de su presencia con reiterados pitidos, pero resultó infructuoso y la furgoneta quedó destruida a 50 metros y los ocupantes muertos en el acto, con sus cuerpos desfigurados.El paso contaba con la indicación de atención al tren y paso sin guarda, señalización toda ella cuya colocación es competencia de los diferentes ayuntamientos por donde pasa la vía férrea. Las víctimas de Alboraya acababan de salir de una casa cercana a la vía, minutos antes de las ocho de la tarde, y procedían a tomar la carretera de Valencia por el camino que en numerosas ocasiones habían utilizado para anteriores desplazamientos. Una hora después de¡ accidente llegó el juez instructor, quien ordenó el levantamiento de los dos cadáveres.

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