El general Eanes entrega polémicas condecoraciones a militares y civiles
Un grupo de personalidades civiles y militares portuguesas recibió ayer, de manos del presidente, general Ramalho Eanes, las Insignias de la Orden de la Libertad, creada en 1976 por iniciativa del Gobierno, entonces presidido por el socialista Mario Soares, para recompensar a los portugueses que se distinguieron al servicio de la causa democrática el 25 de abril de 1974 y en la resistencia al régimen salazarista.
La importancia del acto radicaba en la inclusión, por primera vez, de militares, muchos de ellos en activo, que participaron en el movimiento de los capitanes y en la sublevación militar del 25 de abril.El jefe del Estado recordó que la distinción crea deberes y responsabilidades hacia la defensa de "la libertad, el pluralismo y el total respeto de la legitimidad democrática". Deber doblemente sagrado para los militares, que, al crear el movimiento de los capitanes y a través del programa del Movimiento de las Fuerzas Armadas, se comprometieron a obedecer la voluntad soberana del pueblo portugués, democráticamente expresada. 10 militares -tres de ellos en situación de reserva- y 14 civiles -cinco de los cuales a título póstumo- fueron escogidos este año por el presidente Eanes.
Eanes escogió a Otelo Saraiva de Carvalho, a los ex consejeros de la revolución Melo Antunes, Víctor Alvares, Vasco Lourenco, Víctor Crespo y Costa Neves, Salgueiro Maia y Alberto Fereira; al ex diputado democristiano Sanches Osorio y al general García dos Santos, actual jefe de Estado Mayor del Ejército. La medalla atribuida a Otelo provocó una amplia campaña en contra de los medios de la derecha, civiles y militares, que acusaron a Eanes de recompensar al ex comandante del Copcon, el hombre que dirigió la represión política en los primeros meses de la revolución portuguesa.
La distinción al general García dos Santos fue considerada, en medios próximos al Gobierno y a Defensa, como una injerencia del presidente en la eventual sustitución, por el Ejecutivo, de los altos mandos militares: aprovechando el pretexto de un acto simultáneo en la Academia Militar, estuvieron ausentes de la ceremonia tanto el general García dos Santos como el ministro de Defensa. La ceremonia, a la que el general Eanes pretendía dar un sentido de reafirmación de la unidad de civiles y militares acabó en un espectáculo sobre la división reinante.
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