Inesperada victoria de la pareja Moineau-Hubin
Los franceses Hervé Moineau y Richard Hubin, pilotos del equipo oficial de Suzuki, ganaron Las Ocho Horas del Jarama prueba de resistencia motociclista disputadas ayer en el circuito madrileño, y que es puntuable para el campeonato del mundo de la especialidad. Jacques Cornú, a los mandos de otra Kawasaki oficial, se cayó cuando iba en cabeza destacado, y después de dominar durante toda la carrera cuando sólo faltaba una hora para terminar. Los españoles Luis Miguel Reyes y Carlos Morante, después de un incidente en la salida, recuperaron posiciones hasta el tercer puesto de la clasilicación final. Los pocos espectadores que acudieron al Jarama tuvieron que soportar un calor sofocante.
El dominio de los pilotos del equipo oficial japonés Kawasaki fue incontestable. Cornú iba en cabeza hasta una hora antes de acabar la prueba. Se cayó y el liderato fue ocupado por otra pareja de Kawasaki Lefond-Igoa. A 15 minutos del final, el equipo de Suzuki Moineau-Hubin les pasó, para subir al podio.Pese a ser motos derivadas de las de serie, con sus 1.000 centímetros cúbicos, estas Kawasaki y Suzuki son capaces de dar a sus pilotos 150 caballos de potencia, casi 300 kilómetros por hora de velocidad punta y una establidad sorprendente para su peso y su tamaño.
El trazado del curcuito del Jarama, muy tortuoso, no era nada favorable a las características de estas máquinas, más apropiadas para circuitos rapidos. El fortísimo calor reinante -no menos de 45 grados centígrados, al no existir zonas de sombra-, incrementaba además considerablemente el esfuerzo de hombres y máquinas hasta alcanzar límites pocos frecuentes en este tipo de competiciones. Por ello, varios equipos optaron por quitar los caredados de sus motos para facilitar la refrigeración de máquinas y pilotos.
Yacques Cornú y Gerard Coudray, líderes hasta ayer del campeonato del mundo de resistencia, supieron imponerse desde el principio hasta poco más de una hora del final, cuando Cornú sufrió un aparatoso accidente por fortuna sin graves consecuencias para el piloto. Lafont-lgoa, sus compañeros de equipo, se encontraron entonces con un inesperado primer puesto que no abandonaron hasta 15 minutos del final, en beneficio de Moineau-Hubin.
Al final, la pareja francesa había recorrido unos 1.000 kilómetros -cifra adelantada en el pronóstico de El PAIS de ayer-; habían cambiado de marcha unas 12.000 veces, lo que equivalía a apretar el embrague con la mano izquierda e introducir una marcha con el pie, cada dos segundos; y había, en fin, realizado 2.000 frenazos. Durante las ocho horas, los mecánicos habían tenido que cambiar las ruedas, totalmente desgastadas por el esfuerzo y el calor, y los frenos en sucesivas paradas en boxes.
La participación española no fue demasiado fuerte ni en número ni en calidad. Entre todos los participantes, sólo la Ducati de Luis Miguel Reyes y Carlos Morante intentó hacer frente a los poderosos equipos oficiales de Kawasaki y Suzuki. Pero la dife rencia fue siempre grande.
Reyes, bien
Además, para empeorar aún más las cosas, Reyes fue protagonista de un incidente en la vuelta de reconocimiento, en la que se quedó parado a mitad de circuito. Los grifos del paso de la gasolina de su moto no habían sido abiertos y el piloto no se dio cuenta. Sin saber la razón de la avería, Reyes empujó la moto durante más de un kilómetro y llegó exhausto a la parilla de salida, donde sus mecánicos advirtieron y solucionaron el sencillo problema. En esas condiciones físicas, Reyes salió muy mal y tuvo que esperar varias vueltas para recuperarse físicamente y poder atacar. Su tercer puesto final es muy meritorio.A lo largo de la carrera, al margen de la de Cornú, se produjeron varias caídas, todas ellas sin graves consecuencias para los pilotos.
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