Médicos de varios países intentan que se declaren ilegales las armas nucleares

La Asociación de Médicos Internacionales para la Prevención de la Guerra Nuclear prepara un estudio por el que un tribunal internacional pudiera declarar ilegales las llamadas armas nucleares. Dicho estudio podría estar ultimado para hacerse público al año que viene en un congreso de dicha asociación que se celebrará en Helsinky, según manifestó ayer Pedro Zarco, cardiólogo español representante de esta asociación en nuestro país.La citada asociación parte del hecho de que "no existe posibilidad de sobrevivir a una guerra nuclear", según los informes médicos de la Organización Mundial de la Salud y de la Asociación Médica Británica. En los actuales arsenales atómicos se dispone de 20.000 megatones, lo que corresponde a unas cinco toneladas de dinamita por habitante del planeta. Un megatón es semejante a un millón de toneladas de TNT, fuerza 70 veces superior a la bomba de Hirosima y equivalente a un tren de 640 kilómetros cargado de dinamita.

El objetivo de estos médicos -50.000, de 33 paises-, se centra en conseguir la congelación de la carrera nuclear. Aseguran que es "una ilusión la idea de que la guerra nuclear se pueda evitar indefinidamente con una política de disuasión, que podemos vivir indefinidamente con armas nucleares desplegadas o que la guerra nuclear pueda ser limitada o que se pueda sobrevivir a ella". Por eso consideran que "las llamadas armas nucleares no son armas, sino instrumentos de genocidio, omicidio o extinción". Y recuerdan la afirmación de Einstein, hace 20 años: "Necesitaremos una manera sustancialmente nueva de pensar si. la humanidad quiere sobrevivir".

Aseguran que la carrera nuclear, por otra parte, supone "un coste social inceptable". Señalan que la humanidad gastó en 1981 50.000 millones de dólares, cantidad que arroja unos promedios de 1.400 millones de dólares diarios o un millón de dólares por minuto. "Esta desviación masiva de recursos disminuye el desarrollo".

Comparan esas cifras, a modo de ejemplo, con la erradicación de la viruela, para lo que la OMS sólo necesitó 300 millones de dólares en 10 años ("lo que cuestan seis horas en la carrera armamentista").