Enseñanza pública y privada
Desearía utilizar el espacio Cartas al Director de su periódico para dirigirme al padre Martínez Fuertes y hacerle llegar mi asombro ante sus palabras pronunciadas en el programa de televisión Su turno del 21 de junio.Según expresó él mismo, visible e incomprensiblemente irritado por la alusión del señor Moncada, cuando se encontraba en el programa no estaba como sacerdote, sino corno representante de los empresarios de la enseñanza privada.
Yo tenía entendido que el sacerdocio, como el bautismo, son sacramentos que imprimen carácter, es decir, no me parecía propio hablar de estar como sacerdote ni de estar como cristiano; pensaba que se era sacerdote y cristiano y que no se podía no estar como tales.
Así lo entendía yo en mi ignorancia.
Y ya que el padre Martínez Fuertes puede estar nada más como representante de la patronal, le rogaría a él, y a los que como él piensan, que, de una vez por todas, dejen de estar de otro modo. Es decir, se manifiesten
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Enseñanza pública y privada
Viene de la página 11únicamente como patronos del negocio privado de la enseñanza, defiendan su negocio como empresarios sin mezclar para nada a la Iglesia en ello, olviden su condición eclesiástica y, a poder ser, hágannosla olvidar a todos. A ver si de una vez cesa el escándalo que a muchos nos producen y nos dejan In paz el alma. /
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