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Santiago Carrillo acusa a la dirección del PCE de querer acabar con él y sus seguidores

El ex secretario general del PCE Santiago Carrillo lanzó ayer, segundo día de la decisiva reunión del comité central del partido, su esperada diatriba contra la política de su sucesor, Gerardo Iglesias, a quien indirectamente acusó de filtrar el mensaje de que "hay que acabar con Carrillo y los carrillistas". Hoy, jornada final de las deliberaciones del comité central, se realizarán las votaclones para aprobar el informe renovador de Gerardo Iglesias, votaciones que previsiblemente resultarán favorables, aunque resulte difícil calcular por cuánta mayoría.

Empleando un discurso notablemente virado a la izquierda con relación a otras intervenciones públicas de no hace muchos meses, Carrillo planteó temas como la necesidad de una estatalización de la economía, "ya que si se mantiene el actual sistema de íniciativa privada, perderemos de nuevo el tren de la revolución industrial". Igualmente, apoyó la tesis presentada el lunes por el vicesecretario general, Jaime Ballesteros, en el sentido de que se debe abrir un período de reflexión de un año antes de decidir si conviene o no a España entrar en la Comunidad Económica Europea. Tampoco rehuyó el ex secretario general hacer una alabanza de la reciente propuesta del Pacto de Varsovia en cuanto a mutuo desmantelamiento de misiles nucleares, "lo cual espero que no me convierta en sospechoso de no ser eurocomunista".Carrillo negó que la polémica que le enfrenta con el actual grupo dirigente del PCE en general y con Iglesias en particular se deba a cuestiones personales, sino "a una lucha por una alternativa, por una estrategia, por una concepción eurocomunista, pero también corriunista del PCE. Yo no volveré a la secretaría general del partido; yo soy el chivo expiatorio en el PCE y acepto ese papel", dijo.

Ataque al Gobierno

El veterano líder comunista dirigió un feroz ataque al Gobierno y al PSOE: "Hoy, un grupo de abogados y altos funcionarios de la banca que se han hecho con la dirección del partido socialista han dado la vuelta a ese partido, cuya historia no fue lo que está siendo hoy". Agregó que la política económica del Gobierno es de "corte liberal-burgués, algo que no se atrevió a realizar ni la UCD". También criticó los intentos de "entrar en la CEE en 1984 de cualquier manera y sea como sea" y la sugerida conexión entre entrada en el Mercado Común y permanencia en la OTAN. Todo ello sirvió a Carrillo para negar la idea de apoyo crítico al Gobierno de Felipe González, planteada en el informe de Gerardo Iglesias y punto central de la dialéctica entre ambos sectores.

Carrillo se quejó de "estar siendo acorralado" por el actual grupo dirigente y pidió a los miembros del comité central que no le votasen como miembro de la comisión que estará encargada de redactar el documento político que servirá de base a las discusiones previas al XI congreso de diciembre. Los 16 nombres que deberían integrar esta comisión habían sido propuestos inmediatamente antes por Gerardo Iglesias, adivinándose en la lista un propósito claramente integrador de ambos sectores; sin embargo, el rechazo inicial de Carrillo a pertenecer a esta comisión, que presumiblemente irá seguido de una negativa similar por parte de sus adeptos, hará inviable ese propósito integrador.

La defensa de un partido marxista, y no, como se propone en el informe de Iglesias, laico, constituyó otro de los puntos básicos de la larga intervención de Carrillo -más de hora y media-, intervención concluida con algunas sugerencias acerca de la persecución que sufren los llamados carrillistas en el seno del partido.

Comentando posteriormente el discurso de su predecesor con los periodistas, Gerardo Iglesias se limitó aafirmar que "yo, de todas maneras, voy a seguir trabaj ando por la unidad del partido, y aquí nadie hace de chivo expiatorío, ya que yo me siento tan corresponsable como los demás de los errores cometidos. En este partido caben todos, y cabe Santiago Carrillo con un papel muy importante a jugar".

Viejos 'carrillistas' se alinean con la dirección

Plantear la confrontación que actualmente se da en el interior del PCE como un simple enfrentamiento generacional, constituiría un error. Destacados históricos del partido mostraron ayer su identificación con las propuestas tajantemente innovadoras planteadas el lunes por Gerardo Iglesias, lo cual constituye, tal vez, un anticipo de la predecible derrota de las tesis de Carrillo en la votación de hoy.Estos históricos del PCE y de la clandestinidad parecen haberse inclinado por afrontar las profundas transformaciones en el PCE predicadas por el joven grupo dirigente, cuyo grupo central está formado por Iglesias, Curiel, Pla, Claret y Palero. Simón Sánchez Montero y Francisco Romero Marín, dos de estos históricos, fueron los pilares del PCE en el interior de España durante muchos años de clandestinidad. También Santiago Álvarez, ex secretario general del PCE gallego y actual responsable de relaciones internacionales, o Luis Lucio Lobato, presidente de la comisión de conflictos, se manifestaron a favor del informe del secretario general.

Otros compañeros de muchos años de Carrillo, como Ignacio Gallego, Armando López Salinas, Leopoldo Alcaraz o Anselmo Hoyos, han optado, por el contrario, por seguir al ex secretario general en sus tesis, como antes le fueron fieles en sus propuestas de apertura al eurocomunismo o de apertura democrática. Al fondo de esta desgarradora lucha dialéctica y personal, presente en todas las largas horas de discusiones y desde sus casi 90 años de edad, la mirada absorta e impasible de la presidente del partido, Dolores Ilbárruri, parece contemplarlo todo desde otra, época del PCE.

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