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La población musulmana libanesa celebra con paros y conatos de manifestaciones el primer aniversario de la invasión israelí

La división de Líbano quedó puesta ayer una vez más de manifiesto con motivo del primer aniversario de la invasión israelí, cuando todo el sur del país, mayoritariamente musulmán y más concretamente chiíta, observó masivamente un paro de protesta mientras en la región centro-oeste, habitada principalmente por cristianos, la actividad laboral se desarrolló con normalidad. En Líbano meridional, sometido desde hace una año a la ocupación israelí, casi todos los comercios, talleres, pequeñas fábricas y escuelas permanecieron ayer cerrados, a pesar de las amenazas formuladas en días anteriores por las autoridades castrenses israelíes y sus aliados de la milicia libanesa que capitanea el comandante Saad Haddad.

En numerosas ciudades y pueblos la presencia militar israelí había sido reforzada, con objeto de disuadír a la población de que participe en eventuales manifestaciones, al tiempo que patrullas de soldados israelíes recorrían algunas calles pintando con cruces las puertas de las tiendas cerradas. Rumores no confirmados propagados por la población aseguraban que los comercios que se sumaron a la huelga iban a ser sancionados con un cierre de 15 días, pero parece imposible privar a la tercera parte del territorio libanés, actualmente bajo la ocupación, de actividad comercial durante un período tan largo.A primera hora de la mañana las mezquitas sunitas y chiítas, cuyos minaretes tenían trozos de tela negra que simbolizaban el duelo de la población con motivo del aniversario de la invasión, se llenaron de hombres y mujeres que escucharon a los mufti (responsables religiosos musulmanes) hacer alabanzas de los mártires de la guerra, citando en su honor versículos del Corán y relatando a los fieles sus hazañas militares.

Cuando los habitantes, que a veces también se habían atrevido a colgar de sus balcones banderolas negras, intentaban salir del lugar de culto en cortejo, las patrullas israelíes no dudaron en disparar al aire para intimidar a los manifestantes y obligarles a disolverse.

En el pueblo de Kamed el Lhauz, en el sur de la llanura libanesa de Bekaa, se produjo un grave incidente cuando cientos de personas intentaron paralizar el tráfico en una carretera comarcal. Los soldados del Tsahal (Fuerzas Armadas de Israel) abrieron primero fuego al aire y acabaron apuntando sus fusiles de asalto contra los manifestantes, hiriendo a siete personas.

Detenciones y registros

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Aunque muchos de los actos de protesta fueron convocados por personalidades locales, generalmente religiosas o izquierdistas, el principal responsable de la conmemoración anti israelí es el movimiento confesional chiíta Amal, que fue el primero en lanzar un llamamiento en el que se pedía que el 6 de junio fuese considerado como una jornada de luto nacional.

Para tratar de prevenir y contener la ola de atentados perpetrados contra sus soldados, el Tsahal multiplicó estos últimos días las detenciones masivas y los registros en toda la zona bajo su control. En los ataques llevados a cabo contra las Fuerzas Armadas de Israel en mayo por guerrilleros palestinos y, sobre todo, líbaneses, perecieron 8 militares israelíes y resultaron heridos otros 33. La población palestina del sur de Líbano, concentrada principalmente en los campamentos de refugiados de Sidón -la capital de Líbano meridional- y de Tiro, permaneció, en cambio, ayer más bien pasiva, condicionada probablemente por la amenaza israelí de marzo de dejar de defender el gran campamento de Ain Helue si sus habitantes seguían manifestando su hostilidad al Ejército israelí Bandas armadas, generalmente vinculadas a las fuerzas libanesas (milicias cristianas unificadas), han acosado recientemente a los palestinos de los campamentos cuando se desplazaban fuera del ghetto para acudir a su trabajo.

Una veintena de asesinatos de palestinos han sido perpetrados en Sidón y su periferia en lo que va de año y la población de Ain Helue no ha tenido más remedio que pedir la protección israelí.

El primer aniversario de la ofensiva del Tsahal coincidió con el ínicio de los trabajos de las Comisiones de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento libanés, con vistas a la aprobación de un proyecto de ley que ratifique definitivamente el acuerdo firmado el 17 de mayo entre Israel y Líbano sobre la retirada del Ejército israelí de este último país.

Con este motivo, y en previsión de cualquier acción violenta de protesta en Beirut, el Ejército libanés se desplegó en amplios sectores de la capital multiplicando los controles de identidad y prohibiendo la circulación en toda la zona circundante al edificio de la Cámara de los Diputados.

El único atentado de importancia cometido en Beirut coincidiendo con el aniversario de la invasión ha sido el del encargado de negocios de la Embajada de Libia, Abdel Kader Ghuka, cuyo autor, al que se considera relacionado con el Frente para liberar a Líbano de extranjeros, fue detenido ayer.

El detenido

Ghuka, que evoluciona favorablemente de las heridas sufridas, había recientemente hecho saber a las autoridades libanesas su intención de solicitar asilo político, según infórmaciones aparecidas ayer en la Prensa libanesa.

Por otra parte, el presidente argelino, Chadli Benyedid, abandonó ayer Damasco después de reunirse por separado con su homólogo sirio, Hafez el Asad, y dos destacados responsables palestinos, George Habache y Abu Ehad, en un intento de mediar para la reconciliación de las partes enfrentadas en la resistencia palestina.

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