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La oposición ciudadana en La Vaguada se 'desinfló' tras su lucha larga y radicalizada

La práctica desaparición del movimiento vecinal La Vaguada Es Nuestra, que en la segunda mitad de la pasada década movilizó a miles de vecinos del madrileño barrio del Pilar, entre ellos el actual ministro del Interior, José Barrionuevo, ha permitido que las obras del que fue polémico centro comercial se desarrollen con normalidad aunque a ritmo lento. Los supervivientes de aquel movimiento creyeron perdida su batalla en el otoño de 1979, cuando el Ayuntamiento dio la definitiva luz verde al proyecto. Ahora concentran sus esfuerzos en oponerse a la construcción del bulevar que permitirá acceder al complejo, obra que estiman supondrá en realidad cerrar la circunvalación M-30 y, por tanto, crear una autovía dedicada al tráfico.

, "Ahora le llaman bulevar, pero para nosotros se trata de la misma autovía contra la que tanto hemos luchado", afirma Esperanza Martínez Conde, profesora universitaria, vecina del barrio del Pilar desde 1975 y ex dirigente del movimiento La Vaguada Es Nuestra. "No hay espacio material para hacer un bulevar con un gran paseo central y amplias aceras, así que lo que piensan hacer, en realidad, es cerrar por La Vaguada la autovía de circunvalación de Madrid M-30 y facilitar los accesos al centro comercial, es decir, lo que han pensado siempre".

Esperanza Martínez ;y otras decenas de vecinos del barrio del Pilar, supervivientes de un movimiento que agrupó a miles de personas, entre ellas al ministro socialista Barrionuevo, han decidido que tienen que crear las condiciones objetivas para que no se haga el bulevar. Por eso el pasado mes de febrero plantaron 41 árboles en el lugar donde se construirá, y casi todos los domingos los riegan, tanto para que crezcan como para realizar un acto simbólico de ocupación del espacio. "Ahora pensamos poner mesas, bancos y setos para crear una zona ajardinada de uso público",dice Esperanza Martínez. Esa será la principal barrera que opondrán a las obras de construcción del bulevar de La Vaguada.

Decadencia ;y muerte de un movimiento popular

Todo el mundo en el barrio del Pilar -una densa concentración humana del noroeste de Madrid peinada por la policía el pasado mes de abril en una operación que apenas levantó resistencias entre los afectados- se ha resignado a que la construcción del gran centro comercial de La Vaguada es irreversible. Sin embargo, Esperanza Martínez confía en que éste nunca llegue a funcionar. "Si logramos que la autovía, también llamada bulevar, no se haga, será imposible acceder a ese centro en automóvil", afirma. Otro argumento de esta irreductible opositora es su convicción de que los locales comerciales del complejo encontrarán dificultades para ser vendidos, "por su elevado precio y dudosa rentabilidad".En cuanto al complejo cívico o cultural que la empresa propietaria del centro de La Vaguada se comprometió a realizar en su interior, Esperanza Martínez cree que es una "birriez". "Van a hacer unos jardincillos y zonas de esparcimiento para que se entretengan las señoras que vayan a comprar, y sobre todo sus hijos, pero que no resolverán los déficit de equipamientos culturales de este barrio, que hasta ha perdido su único cine popular, convertido ahora en un bingo".

El hecho de que sea el artista canario César Manrique el autor del proyecto del centro' de La Vaguada no disminuye los recelos de los vecinos opositores. El diseño de Manrique, aseguran, tiene una intención meramente publicitaria, atraerá a visitantes y compradores con exóticos decorados acuáticos y vegetales, pero integra el paso de la M-30 por La Vaguada.

Sin embargo, estas actitudes son sostenidas por un grupo minoritario de vecinos, en relación al que protagonizó las protestas de años pasados. "El barrio del Pilar es hoy el peor para el movimiento ciudadano", afirma José Díaz, presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid. La federación no tiene en estos momentos contactos con ninguna entidad vecinal del barrio del Pilar, y eso es justificado por Díaz porque "el movimiento masivo de los años setenta se desinfló cuando el Ayuntamiento dio la definitiva licencia de obras al centro comercial, después de una lucha muy prolongada y radicalizada". Haber centrado esa lucha en un solo objetivo pudo haber sido, según el presidente de la federación, uno de sus errores. Por su parte, Esperanza Martínez confirma la desaparición del movimiento La Vaguada Es Nuestra, y opina que una de sus causas es que en el barrio hay un constante cambio de vecindario.

"La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos no tiene en estos momentos una posición oficial respecto a los temas del centro comercial en marcha y la futura construcción del llamado bulevar de La Vaguada", dice José Díaz, que admite que la ausencia de relaciones con entidades ciudadanas del Pilar les impide tener información y opinión sobre estos asuntos. "Cuando hicimos nuestras propuestas al avance del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, la única zona de la que no tuvimos riada que decir fue, precisamente, esa".

La mayor densidad de habitantes de Europa

El nacimiento del barrio del Pilar es obra del empresario José Banús, quien a finales de los años cincuenta adquirió unos terrenos al noroeste de Madrid dedicados entonces atareas agrícolas y ganaderas por los vecinos de Fuencarral, y levantó allí una de las aglomeraciones urbanas más pobladas de Europa. En 1970, el único terreno libre en la zona era una amplia extensión conocida como La Vaguada, mientras todo el barrio padecía notables problemas de masificación y falta de equipamientos y servicios sociales. Unas 150.000 personas vivían ya entonces en el barrio, que registraba una densidad de 235 habitantes por hectárea, considerada la más alta de Europa.En 1973, Banús promovió una sociedad anónima con el objetivo de levantar en La Vaguada un centro comercial de unos 60.000 metros cuadrados de extensión. Poco después, el proyecto fue asumido. por la sociedad francesa La Henin, y al mismo tiempo comenzó un fuerte movimiento reivindicativo de los vecinos, centrado en la necesidad de zonas verdes y dotaciones colectivas para el barrio y en la oposición al centro comercial, al que se acusaba aumentar la congestión de la zona. sin resolver ninguno de sus problemas. El vecindario del Pilar rechazaba también el proyecto de cerrar en La Vaguada la autovía madrileña M-30. Una de sus primeras acciones de protesta fue la plantación, en diciembre de 1974,, de flores de papel en los terrenos en litigio. "Las queremos de verdad", decían las pancartas. La acción fue reprimida con dureza por la policía, que efectuó numerosas detenciones.

La asociación vecinal La Vaguada Es Nuestra, integrada por 23 entidades de la zona, nació en 1976, y durante los mandatos de Juan de Arespacochaga y José Luis Álvarez en la alcaldía fue una de las más activas de Madrid. La promesa de que en el centro comercial se realizaría asimismo un complejo cívico y cultural no disminuyó la masividad del movimiento. José Barrionuevo, entonces residente en el barrio y hoy ministro del Interior, era uno de sus más conocidos dirigentes.

Fueron los vecinos del Pilar quienes, en número de 3.000, protagonizaron, el 16 de septiembre de 1979, la primera oposición callejera al ayuntamiento de izquierda presidido por Enrique Tierno. Se sabía ya lo que días después se confirmó: la concesión de la definitiva licencia municipal de obras al centro comercial de La Vaguada. Una de las razones aducidas por la corporación fue que expropiar los terrenos habría costado a las arcas municipales entre 2.500 y 4.000 millones de pesetas. En 1982 se conoció que el artista canario César Manrique había sido encargado por La Henin del diseño del centro comercial. Entonces ya había decaído el movimiento La Vaguada Es Nuestra.

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