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Aprobada por amplia mayoría la gestión de la ejecutiva de UGT

Con el 75,58% de votos a favor, el 0,36% en contra y el 23,75% de abstención, el pleno del 33º Congreso Confederal de UGT aprobó en la madrugada de ayer la gestión de su comisión ejecutiva. La votación se produjo tras un fuerte debate que se prolongó durante más de siete horas y que sirvió para que algunas delegaciones decidieran en el último momento su postura . El caso más significativo lo protagonizó Cataluña, que por una mínima diferencia -un voto-, después de un corto receso, se inclinó por abstenerse en la votación. Las delegaciones del metal y de Vizcaya, con algunas excepciones, lograron imponer como texto básico sus proyectos en las ponencias que hoy debate el Congreso.

Un total de 455.079 mandatos dieron el respaldo a la gestión desarrollada desde el 32º congreso por la comisión ejecutiva confederal de UGT. Otros 2.178 -todos ellos de Álava-emitieron su voto en contra, y 142.820 optaron por la abstención. Junto a las esperadas abstenciones de Madrid, banca yconstrucción, se produjeron las de otras delegaciones . que, hasta última hora, parecían apoyar la gestión de la ejecutiva. A última hora de la noche del miércoles, los miembros de la delegación catalana debatían intensamente cuál había de ser su posición definitiva en la votación, prevista en un principio para el filo de la media noche, y que se produjo cercanas ya las tres de la madrugada.Con Cataluña se abstuvo Murcia, La Rioja, teléfonos y comunicaciones, textil y piel, además de las ya mencionadas de banca, construcción y Madrid. El debate que siguió a la gestión presentada por el secretario general saliente, Nicolás Redondo, contó con una fuerte carga crítica hacia los excesivos poderes que ha ido acumulando la ejecutiva, y, consecuentemente, la falta de participación en la toma de decisiones del comité confederal.

Los temas de concertación, la información interna y externa, las elecciones sindicales, el 19 de mayo y la burocratización de la organización fueron los más debatidos a lo largo de una sesión agotadora.

Fuertes críticas

Álava fue la delegación que realizó una crítica más furibunda -cosa, por otra parte, ya esperada- a la política de concertación. Para la delegación de Álava, el análisis efectuado en su informe por Nicolás Redondo partía de un supuesto falso. Mientras para el secretario general la crísis económica es coyuntural, y eso justifica la política de concertación, la delegación de Álava mantiene que la crisis es estructural y que en estos casos no es válido este tipo de políticas.Benjamín Castro, secretario general de Madrid, realizó una dura crítica por la falta de participación y la burocratización del sindicato, así como al papel que venía jugando el comité confederal, aspectos en los que coincidió Manuel Garnacho, secretario general de construcción, que terminó absteniéndose en la votación de la gestión. Garnacho insistió en la pérdida de protagonismo del comité confederal y en el excesivo poder de la ejecutiva. Benjamín Castro puso en cuestión sobre todo la falta de iniciativas y de impulso de la ejecutiva en proyectos como conflictos colectivos, Consejo Económico y Social, regulación de huelga, etcétera, "que compensan el necesario sacrificio económico que los trabajadores han de hacer para el ajuste de la crisis".

La esperada intervención de Justo Fernández, secretario de banca, que se produjo de forma irregular, ya que en el turno de palabras no había estado presente en el pleno, sirvió para llevar al congreso el problema de la banca y sus quejas en cuanto a la indiferencia con que la ejecutiva había abordado el convenio del sector, con la salvedad del secretario general de UGT.

Política sindical

Aunque alguno de los congresistas llegó a mencionar el voto de castigo que parecía desprenderse de los resultados finales, lo cierto es que las previsiones ya apuntaban hacia una votación en términos muy parecidos a los que se produjeron. De hecho, las delegaciones tienen muy claro que un congreso confederal es cada vez más un lugar de encuentro de militantes y que los verdaderos debates se producen en el seno de cada organización. La política sindical para el próximo mandato viene ya, si no definitivamente marcada, sí al menos apuntada y pactada en sus grandes parámetros por las federaciones o uniones de mayor implantación. Eso es algo perfectamente asumido y que resulta lógico en cualquier organización que no puede improvisar en cinco días un futuro de cuatro años.Dos de estas organizaciones, metal y Vizcaya, han sido precisamente las que han logrado imponer sus textos como bases para el debate de las ponencias más importantes. Así, la comisión de la ponencia de política industrial aprobó ayer el texto base presentado por la Federación del Metal, que habrá de ser ratificado por el pleno. La ponencia aboga por la confección de un plan industrial suficientemente flexible en el que participen los sindicatos. La ponencia sobre imagen será discutida también tomando como documento inicial el proyecto presentado por la Federación del Metal.

Ante el pleno del Congreso se ha presentado una ponencia que pide la no vinculación de España a la OTAN mientras que en una de las comisiones se discutió la desaparición de las Magistraturas de Trabajo.

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