El programa FACA
La decisión presidencial de reducir el número de unidades -desde 84 hasta 72- del avión de combate F- 18A, tras la ya drástica de los 144 iniciales, ha sido recibida en el Ejército del Aire con preocupación y disgusto, que se ha manifestado, incluso, con expresión dolida. Y no ha sido, naturalmente, porque el presidente González haya calibrado el gasto y decidido reducirlo en unos 50.000 millones de pesetas -cosa que está por ver todavía-, sino porque la compra de los 84 aparatos estaba considerada, de acuerdo con el programa FACA (Futuro Avión de Combate), como el esquema mínimo de necesidades tácticas y operativas de la defensa aérea, que, con la reducción, se convierte en un pequeño rompecabezas que habrá que volver a replantear.Por otra parte, el argumento esgrimido de la situación crítica de nuestra economía parece sólo relativamente válido, pues con esta situación se contaba cuando se confeccionó el programa y, en todo caso, la mejora de resultados económicos en la compra hay que volcarla sobre el capítulo de compensaciones, que, por cierto, no se contempla en los 17 folios del acuerdo firmado ayer.
Más peso tiene, a nuestro juicio, el argumento político de la diversificación en la compra, con la vista puesta en el objetivo del ingreso de España en el Mercado Común. Es público que en los últimos días el presidente González ha sufrido presiones internacionales para que atendiera ofertas de varios países del área comunitaria, interesados en vender sus propios aviones de combate, llámense Tornado o Mirage, por citar dos ejemplos concretos.
, 1 de junio
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