Los salarios, principal preocupación de los militares profesionales españoles
La principal preocupación actual en el ámbito castrense, por encima de las ya habituales del terrorismo y la unidad de España, es la relativa a sus salarios, que consideran especialmente bajos, sobre todo en comparación con los correspondientes a la Administración civil del Estado. A finales del pasado año, los estados de opinión -consultas periódicas que se realizan en las unidades militares- reflejaban una preocupación por el tema en el 80% de los militares. En la actualidad, la preocupación y malestar alcanza ya al 100% del colectivo, de acuerdo con dichos estados de opinión.En su artículo 220, las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas, aprobadas por las Cortes en diciembre de 1978, dice textualmente: "El militar de carrera tendrá derecho a una retribución justa, equitativa y acorde con la preparación, la responsabilidad y la entrega absoluta que su quehacer profesional exige. Será fijada en analogía con los criterios que rijan en la Administración civil del Estado, y teniendo en cuenta las peculiaridades de la carrera militar". Igualmente, el artículo 181 señala: "Los miembros de las Fuerzas Armadas, por cuyos intereses vela el Estado, no podrán participar en sindicatos y asociaciones con finalidad reivindicativa".
Esperanza en el colectivo militar
A pesar de los años transcurridos desde la aprobación de las Reales Ordenanzas, aún no ha sido elaborada la ley de Retribuciones militares, que supondrá la equiparación salarial de los militares con los funcionarios civiles. La llegada al Gobierno de los socialistas, en cuyo programa figuraba la redacción de esa ley, supuso una esperanza en el colectivo militar, algunos de cuyos integrantes han afirmado que votaron al PSOE precisamente por ese motivo, ya que los anteriores gobiernos de UCD se habían limitado a decir que estudiarían la realización de la ley, pero nunca llegaron a redactar ni un solo borrador. Las esperanzas en los nuevos gobernantes se vieron defraudadas en febrero de este año, cuando el ministro de Defensa, Narcís Serra, anunció en las Cortes que su departamento no elaborará la nueva ley hasta finales de año y que, en todo caso, la aplicación de la misma debe ser paralela a la reducción de plantillas.
Intentos de realizar acciones de protesta
El malestar de este anuncio se sumó al retraso registrado en la elaboración de los presupuestos generales del Estado, que conllevaba el retraso en el cobro de las subidas del 9% correspondiente al presente año, y que, en principio, no serán satisfechas hasta finales de junio. Este extremo, junto a las largas en la elaboración de la ley de Retribuciones, ha originado que en unidades tan representativas como la Brigada Paracaidista, algunos colectivos, especialmente de suboficiales, hayan intentado realizar acciones de protesta, como negarse a cobrar sus salarios.Paralelamente, han aparecido en algunos centros castrenses panfletos, de procedencia políticamente dudosa, calificando de "farsa" la elaboración de la ley y haciendo llamamientos a no cobrar "las limosnas del PSOE".
Con las nuevas subidas, el salario base de un teniente general será de 77.775 pesetas, y el de un sargento 39.427 pesetas. Sumando los correspondientes suplementos de antigüedad, grado y destino y las gratificaciones por servicios extraordinarios, y deduciendo impuestos y otros conceptos, el sueldo líquido medio de un teniente general quedará fijado en unas 160.000 pesetas, y el de un sargento en unas 60.000, sueldos muy por debajo de sus equivalentes en la Administración civil. Cabe señalar, sin embargo, que las plantillas del las Fuerzas Armadas, y sobre todo las del Ejército de Tierra, se encuentran muy abultadas.
Así, el Ejército de Tierra cuenta ahora con 170 generales en activo y 120 en la situación B, cifras que deberán reducirse en más de la mitad en los próximos años. El número total de profesionales de las Fuerzas Armadas asciende a 41.689, de los que 10.615 son generales, jefes y oficiales, y el resto suboficiales.
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