Fuerte vigilancia en Jadraque tras los incidentes en una boda gitana

Un ambiente de inquietud y temor a las represalias se respira en la localidad de Jadraque, donde el pasado martes una reyerta entre familias gitanas en el transcurso de una boda se saldó con la muerte de tres personas y más de 20 heridos, siete de ellos muy graves. El clima de tensión y el aumento de la población gitana en estos últimos días han aconsejado el reforzamiento de la dotación de la Guardia Civil y de la vigilancia en el pueblo.

Parece que desde el mismo día del suceso y por parte de los familiares de los heridos se ha reclamado la presencia de otros parientes, la mayoría procedentes de Navarra y Madrid, para terminar de saldar las cuentas pendientes entre ellos. En Jadraque otros viven también en el constante temor de que esas represalias lleguen a producirse.

Las causas de la discusión que desencadenó la brutal pelea no se han aclarado todavía en el transcurso de las investigaciones que se están llevando a cabo, tal vez porque el peculiar sentido del honor de los participantes les impide acusarse unos a otros y hacen que "nadie sepa nada". En cualquier caso, además de las versiones que apuntan al reparto de los cigarrillos o de la comida en la celebración han surgido otras que recuerdan la existencia de viejas rencillas del pasado.