El Fondo de Garantía traspasará la gestión de Banca Catalana antes de la próxima junta general

La gestión del grupo Catalana, llevada a cabo en la actualidad por el secretario general del Fondo de Garantía de Depósitos, Juan Antonio Ruiz de Alda, pasará a manos de quienes designen los nuevos dueños del grupo antes de que se celebre la junta general de Banca Catalana. Las presiones que el grupo de bancos que se quedó con el paquete principal de Catalana está recibiendo para que se materialice el traspaso de poderes de forma inmediata habrían roto las reticencias de algunos de los presidentes de los siete grandes sobre la posibilidad de encargar a un banco en concreto la responsabilidad de la gestión del grupo. En medios de la Administración se consideraba inminente ayer que fuera el Banco de Vizcaya el que recibiera dicho encargo.

En un principio se quería que el consejo de administración estuviera compuesto por los consejeros delegados de cada una de las entidades compradoras. La Administración, una vez que tuvo conocimiento de ella, dejó entrever su oposición ya que se considera que los consejeros delegados tienen bastante trabajo en cada una de sus entidades como para que pudieran dedicar parte de su tiempo a la gestión de Catalana.

Frente a esta negativa tomó cuerpo la propuesta de que fuera uno de los bancos compradores el que pusiera el equipo humano de gestión, dando cuenta a un consejo de administración técnico y profesional formado por hombres de todos los bancos.

Varios nombres

Ante esta nueva alternativa, se barajaron en la última comida de presidentes varios nombres. Por un lado se propuso que fueran el Banco de Sabadell o el Popular, por su reconocida capacidad de gestión de entidades y sus connotaciones catalanas, de quienes saliera el gestor. El Banco Popular habría declinado la invitación y en algunos medios se considera que el Banco de Sabadell podría, a pesar de ser el banco mejor gestionado de todo el sector, no teneir el equipo suficiente como para que se produjera el desdoblamiento de personas que se necesita.Las posibilidades entonces se concretaron en el Banco de Vizcaya, que se había ofrecido anteriormente a gestionar Catalana si se aceptaba esta vía y se producía una unaninúdad total al respecto. Las presiones que se están recibiendo para que el traspaso de poderes no se eternice, porque ello podría interpretarse negativamente para el futuro y la imagen de la entidad, puede haber ayudado a que la decisión se haya tomado ya y que los encargados de hacérsela saber a la Administración hayan entablado los contactos oportunos.

En cualquier caso lo que se quiere por parte de la Administración es tener la certeza, a partir de las decisiones sobre gestión y nombramientos, que se conservará la independencia de la entidad frente al conjunto de bancos compradores y que Catalana permanecerá como banco, independientemente de que, en el transcurso de los próximos años, resulte que al final todos los bancos menos tino dejan de ser dueños de Banca Catalana. Todo ello dentro de la decisión de que el Fondo de Garantía de Depósitos debe retirarse cuanto antes de Banca Catalana. Las razones que avalan esta tesis se centran en que la toma de postura activa de la banca por concurrir al concurso-subasta se ha meditado; máxime si se considera -que todos y cada uno de los siete grandes mantuvieron conversaciones con las autoridades monetarias para tantear las posibilidades de que acudieran por separado al mismo.