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Franz Josef Strauss,

presidente socialcristiano del Gobierno del Estado libre de Baviera, se siente injuriado y herido en su honor como piloto. Strauss suele desplazarse en un avión particular que pilota personalmente, y un periodista de Bonn escribió que, para buscar la ruta entre Munich y Bonn, Strauss acostumbra a abandonar la altura de vuelo y se orienta a base de leer los rótulos de las ciudades que sobrevuela. Bajadas que provocan sudores fríos en sus acompañantes, según el periodista. El presidente de Gobierno bávaro ha presentado querella por injurias contra el periodista ante un tribunal de Munich, y en su alegato cita a dos políticos de su partido como testigos de su probada pericia como piloto. No se sabe si los políticos citados como testigos tendrán más miedo a volar con Strauss o a contradecir a su jefe ante los tribunales.

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