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CATALUÑA

François Besse secuestra a tres personas en Gerona y a un gendarme en Cerbère

François Besse, considerado el enemigo público número uno de Francia, está de nuevo en su país. El conocido delincuente logró atravesar ayer la frontera franco-española entre Port Bou y Cerbère, después de robar un coche italiano y secuestrar, a sus tres ocupantes, en Gerona, y a un gendarme del puesto fronterizo. Detenido por la policía española en enero de 1982, logró evadirse en febrero de este año. Aunque en algunos medios se afirmaba anoche que el protagonista de los hechos podía ser un delincuente español, fuentes oficiales afirmaron a EL PAIS que se trataba de Besse.Eran las 8.30 horas cuando François Besse, acompañado por otra persona que aún no ha sido identificada, decidió dar el salto definitivo e intentar el regreso a Francia. Hacía algo más de dos meses que Besse había logrado evadirse de un furgón de la Guardia Civil, y había sabido esperar el momento idóneo para franquear las barreras policiales formadas en los pasos fronterizos hispano-franceses.

Armados con una pistola y con pasaportes españoles falsos , Françoise Besse y su compañero decidieron ser rápidos.

Un Alfa Romeo con matrícula italiana, ocupado por tres jóvenes iba a ser su medio de transporte. Besse amenazó de muerte a los ocupantes del coche, que en pocos minutos se vieron camino de la frontera por carreteras comarcales, con destino a Port Bou.

Eran las 9.10 cuando el Alfa Romeo llegaba al puesto fronterizo. Un policía nacional pidió los pasaportes en el control español. Todo estaba aparentemente en regla y el agente les franqueó el paso. Un centenar de metros más allá, un gendarme debía repetir la acción. Sin embargo, François Besse debió notar algo extraño en el comportamiento de su compatriota. No dudó ni un instante; sacó la pistola, le amenazó y le hizo subir en el coche. Incomprensiblemente, nadie se dio cuenta. Besse había elegido una buena hora y un paso fronterizo poco frecuentado, perfecto para llevar a cabo la rentrée en su país.

Los dos italianos y la francesa fueron abandonados antes de entrar en Perpiñán y, dos horas más tarde, la policía gala encontraba el Alfa Romeo en un garaje. En el interior del vehículo estaba el gendarme, amordazado, y había también un explosivo. De Besse y su compinche, ni rastro.

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