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El alcalde considera ejemplar el desarrollo de los festejos

La afluencia de público a los actos celebrados ayer, último día de las fiestas de San Isidro, fue multitudinaria. Decenas de miles de personas contemplaron, regocijadas, los fuegos artificiales con que se cerraron las fiestas, y otros miles acompañaron al santo en su procesión. Cerca de 7.000 personas asistieron en la plaza Mayor al festival folklórico de las casas regionales como homenaje a Madrid. Muchos miles de madrileños participaron a lo largo del día en la romería organizada por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos en la Casa de Campo. El único incidente lo protagonizaron tres vendedores ambulantes en la Casa de Campo, que agredieron a José Díaz, presidente de la Federación.

"Me gustan mucho las fiestas por eso asisto a todos los acto que puedo. Este año especial mente los festejos de San Isidro han resultado ejemplares por la afluencia de público y la falta de incidentes". Con estas palabras resumió Enrique Tierno el desarrollo de las fiestas, mientras presidía el festival.Junto a Enrique Tierno asistieron al acto los alcaldes en funciones de Málaga, Pedro Aparicio; de Valencia, Ricard Pérez Casa do, y de Pamplona, Jualián Baldúz, así como los de Torrejón y Alcobendas, los presidentes de numerosas casas regionales y Karl Lofi, premio Nobel de Medicina. Pese a los problemas de megafonía, las actuaciones folklóricas resultaron un éxito.

El festival no impidió que, los vendedores de sellos siguieran sus ventas en la plaza Mayor. "El hecho de que no se interrumpan las actividades habituales", comentó Enrique Tierno, "contribuye a que la fiesta tenga más autenticidad".

El alcalde afirmó también que durante estas fiestas de San Isidro ha aparecido "el nuevo isidro turístico", categoría a la que pertenecen todos las personas que se han acercado a Madrid para participar en los festejos.

Romería en la Casa de Campo

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En la Casa de Campo, y mientras transcurría la romería organizada por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAV), José Díaz, presidente de la federación, fue agredido por tres vendedores ambulantes a los que no se les permitió instalar su puesto por falta de medidas higiénicas. Los vendedores, según manifestó José Díaz, que recibió un cabezazo en la nariz y múltiples puñetazos, "no ofrecían ninguna garantía sobre los productos alimenticios que intentaban poner a la venta".

"Hemos sido flexibles con los vendedores siempre que el consumo de lo que intentaban vender no representara peligro", dijo José Díaz, "pero no podemos consentir que se envenene a la gente. La justificación del paro no basta para vender productos en mal estado". Pese al incidente, la romería transcurrió con normalidad.

Miles de personas pasaron a lo largo de todo el día por el Pinar de las Siete Hermanas, el Robledal y la Glorieta de los Toreros, recintos de la Casa de Campo donde se celebró la romería. Numerosos puestos, muchos pertenecientes a partidos sin representación parlamentaria o grupos políticos chilenos, argentinos e iranís, compartieron el espacio con vendedores de sombreros, caretas y frutos secos. Muchas personas se ataviaron con los trajes típicos madrileños. Los felipes y las mary pepas bailaron chotis y cuplés, y firmaron a favor del aborto libre o de la salida de España de la OTAN.

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