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Reportaje:Salud

Un mal muy común

Desarreglo característico de la vida moderna, el 80% de la población padece estreñimiento en mayor o menor grado

Más que una enfermedad es el síntoma de un desequilibrio orgánico de causas muy variadas y que origina consecuencias graves con el transcurso del tiempo.

La bilis es muy necesaria para el buen funcionamiento intestinal; cuando falta, bien porque el hígado no segrega la suficiente o porque la vesícula biliar no la suelta en el momento preciso, los movimientos peristálticos de los intestinos se ven dificultados, dado que las grasas se acumulan y taponan el fluido intestinal. Del mismo modo, el jugo intestinal, indispensable en la digestión, si fluye de forma irregular o en poca cantidad, debido a la alimentación, puede ocasionar estreñimiento.Para combatirlo se suele recurrir a los laxantes, que ofrecen una solución inmediata al problema, pero originan consecuencias graves, al irritar los intestinos, reducir los efectos protectores de la mucosa intestinal y destruir la flora, haciendo que la capa celular permita pasar a la sangre elementos podridos y, fermentados, produciéndose la intoxicación que dará lugar a múltiples desarreglos.

Las personas de edad avanza da, al tener la digestión más lenta, son las más perjudicadas por el estreñimiento. Un remedio eficaz para reforzar el aparato digestivo consiste en tomar diaria mente una infusión de tomillo.

La alimentación tiene un gran papel en este desajuste orgánico; un régimen provisto de celulosa vegetal es necesario. La carencia de celulosa en la alimentación, debido al refinado de casi todos los productos naturales (pan, aceite, arroz, etcétera), y el hábito educacional de: mantener el sistema nervioso agotado por una constante tensión son las causas de que la musculatura intestinal no realice las contracciones debidas y, por llanto, el fluido intestinal se reduzca.

El yogur y el kéfir equilibran todo el sistema intestinal, restablecen la flora y actúan como laxantes; también el suero de la leche, abundante en sales minerales y lactosa, es un. gran remedio en la normalización de las deposiciones, pero los primeros días hay que ingerirlo en pequeñas dosis, e ir aumentando progresivamente; de otro modo puede ocasionar malestares en el abdomen. Los cereales integrales tienen propiedades laxantes, dada la presencia en ellos de almidón, sustancia que aumenta el peso y volumen del bolo intestinal, obligando a los músculos a contraerse hasta la total desocupación.

La fruta es otro ¡alimento en un régimen tendente a eliminar el estreñimiento. Su contenido en celulosa actúa de una forma similar al almidón favorece la secreción de jugos gástricos. Las más indicadas son las naranjas.

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