Torres deja el Barcelona y Romero pone condiciones
Torres, entrenador del Barcelona Atlétic y hombre vinculado desde hace 24 años al Barça, ya ha decidido abandonar a final de temporada el club de sus sueños al perder toda motivación por su trabajo. Por su parte, Romero, cerradas las puertas del Camp Nou tras la contratación de Menotti y Poncini, está convencido de que Núñez le ofrecerá la dirección técnica del Barça Atlétic, para lo que piensa poner condiciones que, de no ser aceptadas, provocarían su marcha.La llegada el pasado 7 de marzo de Poncini, de la mano del ex seleccionador argentino Luis César Menotti, al Campo Nou relegó a un segundo plano a José Luis Romero, brazo derecho del ex entrenador Udo Lattek y técnico al que Josep Lluis Núñez, presidente del Barcelona, le aseguró, el día antes de que se hiciera cargo circunstancialmente del equipo en Salamanca, que se considerase "renovado". Romero, que conoció de primera mano los entresijos del ultimátum dado en su día a Udo Lattek, está dispuesto a negociar con calma la renovación de su contrato, pero sólo aceptaría la dirección del Barça Atlétic con determinadas condiciones.
Romero quisiera trabajar única y exclusivamente con la cantera, formando una alineación de jóvenes, sin tener que verse obligado a aceptar los jugadores ligeramente mayores que, en la pretemporada, no han podido formar parte de operaciones con otros clubes.
Por su parte, Toni Torres, según informaciones recogidas por este periódico, ha encajado con gran decepción el fichaje de Poncini. Torres, que desde hace 24 años está ligado a los colores azulgrana, ha comentado en su círculo de amigos que "el segundo entrenador debe ser una persona vinculada con Cataluña, un hombre de confianza del club y conocedora de la cantera, para poder servir de enlace entre el técnico y la entidad. En el Barça hay varias personas capacitadas para poder cumplir esa importante función".
Torres, que ha reconocido estar cansado de animar y motivar a sus chavales para que se esfuercen con el fin de dar el salto que nunca llega, se siente menospreciado por el club y cree llegado el momento de aceptar un nuevo reto: preparar a un club de Primera División donde pueda trabajar con tranquilidad y visión de futuro o a un segunda con aspiraciones de ascenso.
