Las máquinas de EL PAÍS
Decía Libertad algo así como que los periódicos no existen, porque la mitad de lo que pasa no lo publican y la mitad de lo que publican es mentira. El viernes por la noche, visité con unas compañeras el edificio de EL PAÍS, y el relaciones públicas, muy simpático y moderno él, nos enseñó la redacción, llena de consolas de ordenador, periódicos de todo el mundo, papeles y fotografías; vimos también esas moles inmensas en las que entra el papel y la tinta y sale el periódico ya acabado, y que funcionan con una precisión tal que parece que en cualquier momento van a empezar a producir lectores. Nos contestó también a todas las preguntas con respuestas fulminantes y nos dejó husmear por allí a placer (aunque no me dejó bajar a ver de cerca esos rollos de papel que me tenían alucinada); nos informó de los adelantos de la técnica, rayo láser incluido; hasta hubo efectos especiales, con apagón de luz al final de la visita. Bueno, Libertad puede que no tuviera razón: los periódicos existen, pero, después de haber visto tanta máquina, empiezo a dudar que existan los periodistas. /Alumna del INB Lope de Vega.