_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Las eléctricas se resisten a la baja

La reunión de ayer en las bolsas españolas representó una sencilla transición entre el sostenimiento del mercado que se pudo observar en las reuniones anteriores y un apunte, sin una definición clara, en opinión de los expertos, de las condiciones para que la evolución de los precios de algunos de los valores más representativos manifiesten una evolución discretamente positiva.En una reunión en la que apenas hubo nada que comentar, los especialistas bursátiles en el mercado madrileño insistían en cantar alabanzas a la resistencia a la baja que en la reunión precedente se había observado en los valores eléctricos, fundamentalmente. A pesar de que las diferencias que expresaban los índices generales de los mercados de valores con mayor volumen de contratación resultaban negativas, la fe y una esperanza probablemente intencionada eran la moneda de curso legal entre los escasos asistentes a estas reuniones.

Las eléctricas, protagonistas, junto con Telefónica, del mercado de renta variable desde los compases iniciales de la presente tanda, iniciaron su andadura diaria bajo unos auspicios bastante, poco prometedores. Los recortes se generalizaron entre las empresas más importantes del sector y, al cierre de las reuniones, a lo más que se llegaba era a unas situaciones de ficticio equilibrio donde la única realidad constatable resultaba la ausencia de órdenes vendedoras significativas.

El papel que se generaba, tanto para las acciones del grupo eléctrico como para las que integran el resto del cuadro, eran de escasa consideración, y conseguían ser asumidas por una demanda claramente voluntarista que apostaba por una futura recuperación en el precio de las acciones, tanto del sector industrial como del energético, a expensas -se supone- de los conciertos, acuerdos, o cualquier otra componenda a la que puedan llegar con el sector público.

En cuanto al grupo de los bancos, la situación aparecía un tanto más negativa que la registrada en reuniones anteriores. Los saldos vendedores predominaron entre las grandes entidades del sector, aunque en ningún caso lograron adquirir volúmenes preocupantes.

El Banco de Bilbao, que presentaba la mayor diferencia entre las órdenes de compra y las de venta, ofrecía un saldo negativo diferencial de 20.244 títulos en el mercado madrileño, de ellos unos 15.000 correspondían a una sola mano, es decir que si la propia entidad hubiera tenido algún tipo de interés especial en cambiar el signo de su evolución, el esfuerzo exigido hubiera resultado francamente poco significativo.

Los cinco puntos de demérito que se apuntaba el precio de las acciones de la citada entidad en el mercado madrileño eran, por tanto, fruto de una actitud meditada, en la que aparentemente han quedado apartados cualquier tipo de extremismos o alegrías.

Otro tanto se podría decir del resto de sus compañeros del sector, donde no se pudo ver ningún saldo positivo notable. El Banco Español de Crédito y el de Santander ofrecían diferencias vendedoras del orden de los 13.000 títulos, cifra que se rebajaba a medida que se iba descendiendo en el supuesto ranking de honor de entidades más ofertadas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_