Duran Farell, partidario, de la idea del gasoducto gibraltareño y del programa gasista del PSOE
El presidente de Catalana de Gas, que es la principal compañía gasista privada en toda España, Pere Duran Farell, se manifestó ayer decidido partidario de la construcción del gasoducto de Gibraltar -propuesto en París por el ministro de Industria y Energía del Gobierno español, Carlos Solchaga-, en la junta de accionistas de la compañía, celebrada ayer. Duran Farell se adhirió explícitamente también al programa gasista del partido socialista y destacó la urgencia de homogeneizar España con Europa en este aspecto energético.
A la pregunta de un asistente de si el proyecto de gasoducto España-Magreb no iba en contra de la conexión con el sur de Francia, tradicionalmente postulada por Catalana de Gas, Duran respondió que el proyectado gasoducto del sur de España era favorable, por cuanto diversificaba las fuentes energéticas.Es más, en su discurso había afirmado que el equipo del Ministerio de Industria estaba realizando una "reconducción objetiva y valiente (de las polémicas históricas) que permitirá definir un sector gasista expansivo y vital" de carácter público-privado. "El mejor ejemplo de esta ambición y de esta imaginación responsable", añadió, "es el proyecto del gasoducto" euro-africano, que ampliaría fuentes y contribuiría al diálogo Norte-Sur.
Programa del PSOE
El aplauso de Catalana a este proyecto se extendió también al programa socialista. Duran recordó de pasada que "razones políticas y solamente políticas" habían impedido la proyectada gasificación de España en 1974 (lo que creó la "imposibilidad española de absorber los 45.000 millones de termias de gas argelino" contratadas entonces) y enfatizó que si "hasta ahora España se ha comportado como si no creyera en el gas", el programa electoral del PSOE había "abierto una enorme esperanza".En sus cálculos, el objetivo socialista de que el gas llegue a participar en el consumo de energía primaria, en 1990, con un 10% (ahora es del 2,5%), aproximándose así al 19% de la media europea, incrementará el rendimiento energético español (actualmente del 60%) dada la versatilidad y complementariedad del gas con otras energías.
En este sentido, la construcción de gasoductos en toda España (entre ellos, el enlace Madrid-País Vaco) serviría no sólo para equilibrar la estructura energética, sino también para reequilibrar el territorio, a semejanza de lo que se propone Italia con la gasificación del Mezzogiorno mediante el gasoducto Sicilia-Tunicia.
La conexión europea por Foss (Marsella), como punto más cercano a la red euro-asiática, tercer elemento del programa, permitiría a España diversificar fuentes (al igual que mediante el enlace norteafricano, y completando aquél con la línea Lacq-Bermeo) y "afirmar la presencia española" en los planes mundiales, mientras que, según Duran, la red secundaria propugnada por el programa socialista, debería "propiciar la creación de sociedades de distribución" mixtas, como la futura Gas Cataluña.
Estos planteamientos derivan de la convicción, ampliamente reseñada por Duran en su discurso, del importante porvenir del gas como energía, "puesto que las reservas son equivalentes a las del petróleo" y sus consumos sólo llegan al 20% del total de energía primaria, mientras que los del oro negro alcanzan el 50%; porque "no hay límites técnicos a su transporte" y existe una multiplicidad de fuentes (Europa, Guinea y el Magreb, Canadá, Latinoamérica... ); "porque el precio es perfectamente determinable, puesto que no es el director del mercado energético" y a causa de su versatilidad y carácter ecológico.
Los beneficios de Catalana fueron de 1581 millones en 1982 y el dividendo será del 10%.
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