15 bancos privados realizan una oferta conjunta para la adquisición de Banca Catalana
La Comisión Gestora del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) tuvo conocimiento ayer de la decisión de un grupo de quince bancos españoles de presentar una oferta de compra del grupo de Banca Catalana en competencia con la presentada hace tiempo por la Caja de Pensiones (La Caixa). En este grupo de bancos se encuentran los siete grandes, que representan también a sus segundas marcas, y el llamado club de los cinco bancos medianos (Pastor, Herrero, Sabadell, March y Zaragozano), con lo que está representada prácticamente toda la banca.
La Comisión Gestora del FGD decidió solicitar más detalles de la oferta de la banca, aplazando la adjudicación al menos hasta hoy. Con esta decisión del grupo de bancos se vuelve, en definitiva, a la proposición realizada en el otoño pasado por algunos de los grandes bancos, encabezados por el Banco Central que preside Alfonso Escámez. Esta es la primera vez que se constituye un pool bancario para intentar hacerse cargo de un grupo de bancos en crisis.Aunque las líneas concretas no están perfiladas todavía, lo que sí se sabe es que la oferta se ha hecho para conseguir el control del grupo Catalana, que, posteriormente, sería administrado conjuntamente sin que se pretenda llegar a un troceamiento del grupo. La idea básica sería nombrar un director general y proceder a la formación de un consejo de administración en el que estarían representados los quince bancos en función de la cuota de mercado de cada uno de ellos medida por sus respectivos pasivos (incluyendo los de las segundas marcas de los grandes).
La March compra el Gerona
La oferta que se presentará en las próximas horas hará referencia al futuro de Banca Catalana, al Banco Industrial del Mediterráneo y al Banco Industrial de Cataluña. El Banco de Crédito e Inversiones será adjudicado en un concurso- subasta distinto cuyo plazo de presentación de pliegos- se cierra el día 13 -para el que existen ya varios bancos interesados-, y la participación que Banca Catalana tenía en el Banco de Gerona, el 66% del capital, será vendida mañana al Banco del Progreso -de la Banca March- por un importe de 265 millones de pesetas. El Banco de Barcelona, último que quedaría del primitivo grupo de Catalana, podría ser objeto de una subasta independiente o incluirse en la conjunta que presente el grupo de quince bancos.
Otras fuentes, por el contrario, señalan al analizar el cambio de actitud de la banca -que el pasado otoño desechó una propuesta similar- que ésta ha sabido jugar de forma inteligente en la crisis de Catalana, dejando, que el valor de la misma se fuera reduciendo, al tiempo que contaba para ello con el apoyo indirecto que ha supuesto la oferta de La Caixa y que ha servido para qué el FGD rebajara sus planteamientos.
La oferta de compra de Catalana por los quince bancos tiene un claro sentido político: intentar evitar su nacionalización. El sector bancario aceptaba la eventual adjudicación del grupo Catalana a La Caixa, al considerar que se reunían en este caso condicionamientos muy especiales. Rafael Termes afirmó el pasado 21 de abril que, una vez fracasado el intento de que grupos privados catalanes se hicieran cargo de Banca Catalana, la mejor solución era su venta a La Caixa, si bien matizó que ésta tenía "el inconveniente de que por primera vez una caja controlará una parte importante del sector bancario".
Este inconveniente tenía dos factores importantes. El principal consistía en el recrudecimiento de la competencia que mantienen bancos y cajas en mercados muy comunicados. En el caso de entrar La Caixa en el sistema bancario, por la vía de la compra de Catalana, se abriría un proceso de bancarización de las cajas, que en los últimos años vienen librando una fuerte lucha por la captación de depósitos.
La otra causa del desagrado de la banca, en este caso de la gran banca, consistía en la posible aparición de un nuevo interlocutor con el poder.
Pese a ello, la banca aceptaba la solución Caixa siempre que ésta se llevase a término. Pero dado que la oferta de la caja de ahorros al Fondo para adquirir el grupo bancario fue muy dura, y se preveía que, al margen de ella, sólo existía la alternativa de su traspaso al sector público, la banca ha optado en las últimas horas por hacer una oferta alternativa que pueda estudiarse por el Fondo en una ampliación del plazo del concurso-subasta.
La oferta de la Caixa planteaba problemas políticos en las filas socialistas porque incumplía el programa electoral. La anunciada por parte del grupo de quince bancos-volverá a alumbrar la polémica entre los que recuerdan la afirmación, muchas veces repetida, de que el Estado ejercería el derecho de tanteo en las subastas de bancos en que lo considerara necesario y, especialmente, en aquellos casos en los que las ayudas del Estado para el reflotamiento fueran muy cuantiosas y aquellos que se muestren partidarios de que Catalana permanezca en el sector privado.
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