Los vencedores, pendientes del PNV para gobernar
La bipolarización de fuerzas -PSOE, por un lado, y UPN, AP-PDP-UL, por otro-, con el PNV jugando el papel de bisagra, hace presagiar que la tensión de los cuatro últimos años de la vida política navarra, con permanentes enfrentamientos entre grupos, puede volver a repetirse en la legislatura del Parlamento navarro que ahora comienza. Ningún grupo político ha alcanzado la mayoría absoluta para poder gobernar en solitario, por lo que la elección del presidente del Gobierno de esta comunidad fóral dependerá de alianzas y acuerdos entre los partidos.El acuerdo entre las distintas fuerzas políticas se prevé muy dificil. El PSOE, pese a obtener 20 escaños (de un total de 50) y ser el partido mayoritario, precisará de alianzas con otras formaciones. Tampoco la previsible alianza, por proximidad ideológica, de UPN y AP-PDP-UL, llega a esa mayoría absoluta, aunque juntos obtengan 21 escaños. El PNV, así, con únicamente tres parlamentarios, y debido a la anunciada ausencia de Herri Batasuna, que obtuvo seis escaños, se convierte en lo que los líderes nacionalistas anunciaban intensamente en la pasada campaña electoral: un partido bisagra.
La alianza del PSOE con el PNV, que conduciría a la formación de un Gobierno socialista, se prevé muy dificil. Las condiciones que impondrá el PNV, tendentes a la recuperación de la conciencia vasca de Navarra son, a prior¿ inaceptables para los dirigentes socialistas. Incluso el ministro de la Presidencia, Javier Moscoso, aseguraba a este periódico que las pretensiones nacionalistas eran del todo punto exageradas y, por tanto, no asumibles por el PSN-PSOE.
A la vista de esta situación, el PSOE, cuyo secretario general y eventual presidente del futuro Gobierno de Navarra, Gabriel Urralburu, ha manifestado que no quiere gobernar en minoría, podría dirigir sus miradas hacia un posible gobierno de coalición con UPN, habida cuenta de que dirigentes de este partido no verían con malos ojos esta alianza. La misma concepción de la autonomía de Navarra, punto fundamental para el PSOE, respalda esta posibilidad. Las discrepancias, sin embargo, surgen en el aspecto educativo y económico, a primera vista más fáciles de soslayar que las relativas a la autonomía de Navarra.
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