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Bruselas busca su identidad como capital de Bélgica y de Europa

Andrés Ortega

Salvo para los incendios, las basuras y el urbanismo general -temas de los que se ocupa el Consejo de la Aglomeración- elegido en 1973 por última vez Bruselas no tiene una identidad propia. En el Gobierno central, el ministro del Interior vela por la comuna (ayuntamiento) de Bruselas-ciudad, el barrio viejo, mientras que otro ministro ejerce la tutela de las restantes 18 comunas. Con un millón de habitantes, Bruselas tiene además una ajetreada vida internacional, con la presencia de numerosos funcionarios internacionales que a las cinco de la tarde de cada viernes abandonan en manada la ciudad. Bruselas es bilingüe por la fuerza de la ley. Los funcionarios de sus comunas han de conocer los dos idiomas nacionales. En una ocasión en que un ayuntamiento, en una comuna mayoritariamente francófona, intentó cerrar unas ventanillas flamencas desocupadas, el asunto estuvo a punto de provocar una crisis nacional. Algunas comunas limítrofes de la aglomeración disponen de facilidades -sobre todo para la enseñanza primaria- bilingües. La vida municipal en las comunas no se limita al hecho de que sea el concejal competente el que presida las bodas civiles. En Schaerbeek, una conflictiva comuna de 106.000 habitantes, hay 30.000 pensionistas. De ellos, 16.000 no están en condiciones de salir de sus casas, por lo cual el ayuntamiento les ha organizado un reparto diario de comida caliente a domicilio. Estos ancianos disfrutan además de excursiones o viajes organizados -a menudo a España- por su comuna. Schaerbeek dispone además de una casa para que estos ancianos se reúnan o hagan trabajos manuales, y de un hospital y un orfanato municipales. También existe un servicio de cuidados médicos a domicilio para evitar estrangular los hospitales. Los jubilados votan en las elecciones municipales. Los extranjeros no.

Programa contra la inmigración

Todo extranjero inscrito en la comuna goza de lo que ésta ofrece. El orgullo de Schaerbeek es su servicio de guarderías. Existen además las consabidas bibliotecas, y ahora una videoteca, y actividadas deportivas y culturales. En estrecha relación con el ayuntamiento, el Sindicato de Iniciativas de Schaerbeek organiza cursos y conferencias, e incluso un Salón del Automóvil. En cuanto al subsidio de paro, es el Estado quien lo paga, pero la comuna quien lo distribuye, controlando a los parados, de los que hay 5.000 en Schaerbeek. El ayuntamiento es el poder organizador de la enseñanza. Él paga enteramente al personal docente, pero, al parecer, no es suficiente. En Schaerbeek, la comuna dirige 17 escuelas primarias, cinco establecimientos de educación secundaria, una escuela de formación de maestros y cursos nocturnos de promoción social y cultural para los adultos. El sistema está, sin embargo, amenazado. Roger Nols, alcalde de Schaerbeek, confirmó su cargo en las últimas elecciones municipales, en octubre de 1982, sobre una lista personal y un programa contra la inmigración, después de varios meses de lucha contra la inscripción de extranjeros en su comuna. Es la comuna quien inscribe a los inmigrantes que llegan a Bélgica. ¿Tienen las comunas poder para negar una inscripción? "No, justamente no", declaró Nols a EL PAÍS, "tenemos la obligación de inscribirlos". La decisión depende del Gobierno central, pero la comuna tiene el poder burocrático. La decisión de no inscribir a más inmigrantes "la tomamos arbitrariamente en 1981 ante el aumento constante del número de extranjeros, especialmente árabes, en la comuna. Pero es ilegal", añadió Nols sonriendo, "todos los actos de las comunas han de ser aprobados por la autoridad tutelar, por el Estado. El Gobierno podría enviamos a un comisario". A este problema, en Schaerbeek no han escapado varios periodistas extranjeros. En esta política, que no disimula su carácter racista, Nols no está solo. Otras tres comunas de Bruselas se saltan la ley de modo similar en un intento de forzar una modificación de la legislación nacional sobre inmigración. En Schaerbeek hay, según Nols, un 35% de extranjeros. En Bruselas, un 24%, frente a un 11% en Valonia, un 4% en Flandes, o un 14% en Londres y un 11% en París. Los numerosos diplomáticos están inscritos en una lista del Ministerio de Asuntos Exteriores. Ello no obsta para que surjan problemas, como ese diplomático español que está luchando para que su comuna le ponga un cubo de basura más. Pero es que no está inscrito en la comuna.A partir de 1988, las comunas no podrán tener déficit. Schaerbeek gastó en 1982 2.800 millones de francos belgas (7.800 millones de pesetas), con unos ingresos totales de 2.300 millones de francos, libre desde este año de los impuestos directos sobre las personas físicas. Aparte de la ayuda estatal, la enseñanza le cuesta a Schaerbeek 250 millones de francos, carga que Nols asegura no poder mantener sin aumentar los impuestos en un 20%. En consecuencia, quiere que el Estado tome a su cargo 10 escuelas primarias pobladas, "como por casualidad, en un 93% de hijos de inmigrados"'.

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