Asamblea mundial de la salud en Ginebra, patrocinada por la OMS
Dos semanas de discusión y trabajo es el tiempo que la asamblea mundial de la salud se ha dado, en su 36ª edición, para discutir desde ayer y hasta el próximo día 18, una treintena de puntos esencialmente técnicos y administrativos, inscritos en el orden del día.Para articipar en los debates, se espera la llegada de 70 ministros, entre ellos el titular español de Sanidad y Consumo, Ernest Lluch, y cerca de un millar de delegados en representación de los 156 países miembros de la OMS. Las discusiones se articularán en torno a las actividades nacionales y a las estrategias de los distintos gobiernos para hacer efectivo el eslogan de la organización: "salud para todos de aquí al año dos mil".
El consumo de alcohol, la comercialización de los sucedáneos de la leche materna y la alimentación de los recién nacidos, la higiene bucodentaria y los efectos de la guerra nuclear sobre la salud, son, quizás, los temas de mayor impacto de cuantos figuran en la agenda, junto con la asistencia médico-sanitaria al Líbano y a las personas desplazadas en Chipre, y la situación sanitaria de la población árabe en los territorios ocupados.
El presupuesto de la organización, 220 millones de dólares para el bienio 84-85 también será objeto de discusión, así como la escala de contribuciones, que en el caso de nuestro país equivale al millón y medio de pesetas diarias.
El tema más polémico podría ser el informe que e los próximos días deberá publicar la OMS sobre la misión de expertos enviada a Israel "para tratar de esclarecer la misteriosa enfermedad que afectó a centenares de jóvenes y adolescentes entre Jordania y Gaza". La introducción de este tema en la agenda de la Asamblea Mundial podría servir de excusa a los países árabes para entablar, como en años anteriores, un debate político contra el Gobierno israelí.