Argelia muestra su satisfacción por la declaración de Tánger
Pocas dudas subsisten todavía en cuanto a la interpretación que debe darse a la segunda declaración de Tánger, firmada el pasado martes por los tres partidos más importantes de Tunicia, Marruecos y Argelia, y encomiada de forma unánime en las tres capitales magrebíes. Vista desde Argel, la resolución incluye el serio compromiso de una acción unitaria "para la liberación total del Magreg árabe", lo que significa que el reino marroquí puede contar con una solidaridad efectiva ante la más que probable reivindicación de su soberanía sobre Ceuta y Melilla.Sería un error estimar que el documento no va a trascender más allá de la letra exaltante, en primer término, porque, a pesar de la incidencia que tiene en las relaciones argelino-marroquíes el conflicto del Sáhara occidental, el caso de las plazas españolas está viéndose, incluso en Argel, como una especie de válvula de seguridad para desplazar la presión que representa una difícil andadura económica. Los tres pueblos magrebíes tienen ahora necesidad de concertarse sobre objetivos adyacentes para generar sus propios anticuerpos y demostrar, en términos de aspiración popular, que los más graves conflictos regionales pueden ser enfocados bajo una nueva óptica.
La unidad magrebí aparece, de esta forma, como el telón de fondo de unos objetivos estratégicos más acuciantes que las reservas ideológicas.
Los tres países tienen necesidad de impulsar formas de cooperación económicas susceptibles de defender sus intereses, frente a los de la Europa comunitaria, se llamen mano de obra o textiles, agrios o capacidad de asimilación tecnológica, pero para facilitar la emergencia de tales mecanismos, la metodología conocida se define también en trazos psicológicos de presión popular sobre un temario establecido.
A partir de la entrevista efectuada en la frontera argelino-marroquí por el presidente Chadli y el rey Hassan II, el elemento clave de la acción política argelina en la zona se relaciona con la búsqueda de una solución negociada del conflicto del Sáhara occidental, en la que el Frente Polisario tiene su palabra.
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