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Los mendigos se organizan para luchar por sus reivindicaciones

Varias decenas de mendigos madrileños se han constituido en una Coordinadora de Marginados en Lucha. Ayer efectuaron su primera actividad pública, con una manifestación ante el ayuntamiento. Su objetivo es doble: por una parte, conseguir que la mayoría de sus compañeros de infortunio tomen conciencia de su condición de parias; y por otra, llevar al ánimo de las autoridades que el problema de la marginación no se resuelve creando centros benéficos cuya misión no es la reinserción sino el aislamiento, y que, y ésta es la idea central de su ideario, los mendigos también son personas, depositarios de derechos y deberes.Para ellos, sólo es mendigo el marginado que se ha acostumbrado a su situación y se ha decidido -si es que a estos niveles se puede elegir- a dedicarse a la mendicidad como forma de subsistencia. La Coordinadora, encabezada por 10 de ellos, la integran varias personas de diferente extracción social, desde mendigos puros a otros que han llegado a esa condición por avatares muy diversos, incluso desde su bagaje cultural y sus estudios de Ciencias Políticas, Derecho o Psicología. La mayoría de los miembros de la Coordinadora habitan en un solar, cerca de la plaza de España, pobremente guarecidos de la lluvia y el frío gracias al techo de un garaje abandonado. No han pedido cobijo en uno de los albergues municipales por su aversión a este tipo de establecimientos. Porque piensan, IV palabras de Carlos Alberto Pérez, de 23 años de edad que "la comida y el cobijo que te dan en los albergues es una forma de comprar tu conformismo y la desaparición de tu espíritu de lucha, aunque los asistentes sociales se preocupan de verdad por nosotros y los directores de los dos albergues municipales, el del Paseo del Rey y el de San Martín de Porres, nos han dado toda clase de facilidades para reunirnos o dar charlas. El delegado de Asistencia Social del Ayuntamiento nos ha recibido también y se ha mostrado de acuerdo con nuestros planteamientos. El problema es que ni el Estado ni los ayuntamientos destinan medios económicos, no para darnos de comer, sino para ayudarnos a reinsertarnos socialmente. Los albergues "deben ser sitios para aprender cosas, ocuparnos en algo que luego nos sirva a la hora de buscar trabajo o sentirnos útiles, a sacamos de la incultura, que es uno de los principales motivos que nos lleva a la condición de marginados". Las reivindicaciones que defiende la Coordinadora son, entre otras, tener acceso a la educación, la información y la cultura; la desaparición de los albergues en su estructura actual y su conversión en centros dinámicos.

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