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Fútbol y petróleo han transformado la vida de Aberdeen

Al igual que en 1981, cuando perdió por 1-0 en París frente al Liverpool, el Real Madrid tiene que enfrentarse en una final europea a otros diablos rojos británicos. En esta ocasión, el rival será el desconocido Aberdeen de Alec Ferguson -un conjunto escocés que carece de palmarés continental-. Los hombres de Alfredo di Stéfano se muestran conformes con un rival que consideran asequible en la final de Gotemburgo, y señalan que en una competición repleta de conjuntos temibles, como el Bayern de Munich (eliminado precisamente por el conjunto escocés), Tottenham, Estrella Roja, Inter de Milán o el propio Barcelona, el rival hubiera podido ser bastante más incómodo. Un colaborador de EL PAÍS estuvo en la ciudad escocesa, que vive horas de triunfo y esperanza ante la final de la Recopa.

La vida en Aberdeen ha sido transformada por el petróleo del mar del Norte y la Recopa de Europa. La fría ciudad norteña es el principal punto de desembarque para el oro negro, y se respira un aire de prosperidad poco frecuente en una Escocia atemorizada por el fantasma del desempleo. Sin embargo, en el coquetón estadio de Pittodrie (con capacidad para 24.000, todos sentados) estiman que la llegada del entrenador Alec Ferguson, en 1978, fue más decisiva que la del petróleo.El equipo de Ferguson es un buen reflejo del carácter cauteloso del escocés del norte. Existe cierta reserva ante la presencia de forasteros y, aunque los jugadores demuestran cordialidad y buen humor, a la hora de la entrevista prefieren refugiarse detrás de una respuesta irónica o cómica antes que contar verdades o admitir incursiones hasta la intimidad de su pensamiento. "Mis éxitos se los debo a mis pies, y Hacienda es un rival más duro que el Real", dice Gordon Strachan, la gran figura del Aberdeen. Incluso el apodo The Dons tiene un origen rebuscado para despistar al forastero. Se supone que el club se llama así por el río Don, que atraviesa la ciudad. Pero no. Es que el Aberdeen fue fundado en 1903 por un grupo de dons (catedráticos de la universidad).

Vivir a la sombra de los 'grandes'

Desde su fundación, el Aberdeen, como la inmensa mayoría de los clubes escoceses, ha vivido a la sombra del Celtic y de los Rangers, los dos gigantes de Glasgow. Hasta la llegada de Ferguson había ganado tan sólo un título de Liga (1955), dos de Copa (1947 y 1970) y tres de la Copa de la Liga (1946, 1956 y 1977). Con Ferguson, los Dons han conseguido un título de Liga y otro de Copa en los últimos tres años a pesar de lo cual, Ferguson sigue trabajando sin contrato: "No me importan los trocitos de papel", afirma el técnico, "y yo confío en la palabra de nuestro presidente, Dick Donald. Esta temporada está siendo muy importante para nosotros, porque estamos cosechando los frutos de nuestro trabajo durante casi cinco años. Nuestra campaña europea, y especialmente nuestra victoria sobre el Bayern, han prestigiado al club y nos han dado por fin una identidad dentro del fútbol continental".Ferguson es un personaje pintoresco. Como jugador defendió los colores del Queen's Park, St. Johnstone, Dunferm1ine, Rangers, Falkirk y Ayr. Los Rangers le despidieron bruscamente tras una derrota por 0-4 en la final de la Copa contra el Céltic, en 1980. El técnico encomendó a Ferguson la tarea especial de vigilar a McNeill cuando subía para los saques de esquina. Al minuto de juego, el Celtic ya ganaba por 1-0 gracias a un cabezazo de McNeill tras un saque de esquina... Se inició como técnico en el East Stirling, pasó al St. Mirren y recaló en Aberdeen en 1979, cuando sustituyó a Billy McNeill; sí, aquel del cabezazo.

En Pittodrie, Ferguson ha logrado construir un bloque temible alrededor del centrocampista pelirrojo Gordon Strachan, el más pequeño de una plantilla donde el promedio de altura supera los 1,80 metros. Strachan destacó en la selección escocesa que participó en el Mundial del pasado año, pero al regresar de España enseguida pidió un traspaso, afirmando que le apetecía buscar horizontes más amplios. "Gordon se alegró al firmar un contrato por cuatro años", replicó Ferguson, "y tiene que quedarse hasta 1984. De todas formas, el traspaso de Strachan vale tres millones de dólares (405 millones de pesetas), una cifra muy razonable si tenemos en cuenta que por Maradona han pagado ocho millones. En mi opinión, Gordon demostró bastante más que Maradona en el Mundial".

Un conjunto al estilo británico

Mientras Strachan acapara la mayoría de los titulares, Ferguson prefiere hablar de un conjunto sin fisuras que practica el típico fútbol británico y que, según gran parte de la crítica, lo practica mejor que nadie.El portero Jim Leighton (34 años) acaba de hacerse con un puesto en la selección escocesa. "No parece atleta, ¿verdad?", sonríe Ferguson, "pero es el mejor portero del país. Tiene un estilo muy particular que no gusta a todos, pero para balones, y eso es lo más importante". En la defensa destacan los centrales Willie Miller y Alex McLeish. El líbero Miller (27) suma ya más de 550 presencias en el primer equipo, mientras el stopper McLeish (23) ya ha representado a su país en 20 ocasiones. El lateral derecho Stuart Kennedy (30) es el veterano del equipo. El punto débil de la línea de atrás puede ser el lateral izquierdo Doug Hougvie (26), que se desenvuelve mejor en el centro de la defensa. Juanito, por tanto, podría crearle muchos problemas.

En el centro del campo juegan, junto a Gordon Strachan (26), Meil Simpson (22) y Dougie Bell (24), o bien el rubio Neale Cooper (20). Delante destaca el trabajo incansable del ariete Mark McGhee (25), que ha marcado media docena de goles en esta competición. A su derecha juega Eric Black (22), y a la izquierda, el habilidoso y rápido extremo Peter Weir, fichado hace dos años al St. Mirren por 65 millones de pesetas, cifra récord del fútbol escocés. En el banquillo destaca John Hewitt (21), un delantero con olfato de gol. Jim Leigliton, Alex McLeish, Willie Miller, Gordon Strachan y Peter Weir integran la selección nacional de Escocia en estos momentos.

El secretario del Aberdeen, Ian Taggart, comunica que miles de aficionados se han apuntado ya para presenciar la final de Gotemburgo, y se espera que muchos más harán el viaje en barco entre dos ciudades que comparten latitud y clima.

Todas las plazas hoteleras de Gotemburgo han sido copadas por los escoceses, que se trasladarán en barco o avión. Es la primera presencia escocesa en una final europea desde la final de la Recopa de 1972, cuando los Rangers ganaron por 3-2 al Dinamo de Moscú y, como propina, dejaron el Camp Nou medio destruido. Sin embargo, los propietarios del estadio Nya Ullevi, en Gotemburgo (con capacidad para 53.000 personas), no deben preocuparse demasiado, dado el comportamiento ejemplar hasta el momento de los seguidores de los Dons.

Los escoceses demuestran una gran admiración el Madrid -aquí lo consideran "un nombre mágico en el fútbol mundial"- y creen que, en Gotemburgo, nos espera una fascinante mezcla de puro whisky con el jerez fino de Juanito y compañía y unas gotas del geneyer de Metgod y del potente Schnapps de Stielike.

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