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ELECCIONES DEL 8 DE MAYO / MADRID

La Delegación de Seguridad sirvió de brega y trampolín político para José Barrionuevo y Rafael Vera

La importante inversión en material y medios humanos de la Delegación de Seguridad y Policía Municipal del Ayuntamiento de Madrid refleja el considerable esfuerzo de los primeros cuatro años de gobierno socialista en esta corporación por dignificar la desprestigiada imagen de la Policía Municipal. Los socialistas pusieron en marcha la policía de barrio, en un intento de aproximar la imagen del tradicional guardia de la porra al casi mítico bobbie británico, y crearon una academia de policía para reciclar también a los miembros de este antiguo cuerpo. A pesar de ello, la falta de coordinación entre los agentes municipales, la Policía Nacional y el Cuerpo Superior de Policía creó desagradables situaciones en Madrid en este período.

El departamento ha servido, además, de importante trampolín político. José Barrionuevo y Rafael Vera se bregaron como concejal y delegado de esta sección hasta las elecciones legislativas y alcanzaron de un certero salto la cartera del Ministerio del Interior y la Dirección de la Seguridad del Estado, respectivamente.Los socialistas llegaron al Ayuntamiento de Madrid cuando ciertos sectores contrarios al cambio político que se estaba produciendo en España se habían ocupado de extender una inexistente psicosis de miedo e inseguridad en las calles. José Barrionuevo, hombre de drásticas decisiones, creó entonces la Unidad de Vigilancia Nocturna, los llamados Harrelson, que tuvo que ser posteriormente suprimida ante su evidente falta de eficacia. Sus actuaciones no fueron muy afortunadas.

En esos momentos el PSOE estaba calentando la idea de montar un cuerpo estatal de policías locales que colaborasen estrechamente con la policía gubernativa. El primer paso de este experimento se planteó en Madrid. José Barrionuevo puso en marcha la denominada policía de barrio, que supuso llevar a la práctica el fallido intento de Rodolfo Martín Villa de montar un cuerpo, a imagen de la Policía Nacional, que colabara efectivamente con la policía gubernativa.

Los 800 policías de barrio que han salido en las dos primeras promociones de este cuerpo vienen a prestar un servicio basado en el trato directo con el ciudadano. La intención es que vivan en el distrito donde trabajan, conozcan a los vecinos, congenien con ellos y, por esta vía, presten las ayudas, necesarias.

La policía de barrio está aun en período de formación, aunque, tras sus dos primeros años de funcionamiento, la imagen de los municipales ha sido dulcificada considerablemente. En opinión del actual delegado de Seguridad y Policía Municipal, Enrique Mezquita, se busca "al policía polivalente, que pueda regular el tráfico, conocer prefectamente su distrito, prestar primeros auxilios, instruir diligencias, perseguir a un delincuente, etcétera".

El empeño del Gobierno socialista por la creación de este cuerpo abrió una polémica sobre la conveniencia o no de que los policías llevaran armas. Esta discusión comenzó en la época de Juan de Arespacochaga, cuando sectores del cuerpo manifestaron públicamente que eran funcionarios municipales y no agentes militarizados.

Sin embargo, esta línea de desarme se frenó meses después, a raíz de los asesinatos de Benjamín Díez y Bienvenido Romero. En enero de 1979, representantes sindicales reclamaron la renovación del armamento y de la munición para una mejor defensa de los agentes. La llegada de los socialistas supuso el mantenimiento de las pistolas, decisión que contó con el firme apoyo del actual ministro del Interior, José Barrionuevo, que siendo consciente del riesgo que entrañaba la presencia del arma, estaba convencido de su utilidad. "Policía y desarme son conceptos antitéticos", dijo.

Profesionalización de la policía

Actualmente la Policía Municipal está obligada a llevar el arma reglamentaria y, para evitar riesgos si hubiera que devolverlas tras el servicio a algún departamento, se ha regulado que el policía sea responsable de su pistola.

Esta decisión acarrearía algunos problemas subsiguientes, dado el escaso nivel de profesionalidad con que contaba entonces la Policía Municipal. Antonio López Ovejero, de 13 años de edad, resultó muerto por el disparo de un policía municipal cuando, al parecer, se encontraba robando, en compañía de otros tres jóvenes, en el interior de un polideportivo del barrio de Aluche.

La enseñanza impartida a los policías ha variado considerablemente y su conducta se va notando en la calle, aunque esta educación todavía no se encuentre a los ni eles adecuados. La academia de la Policía Municipal, donde también se imparten enseñanzas de reciclaje y adaptación a los mandos, ha servido para convertir a los antiguos municipales en un eficaz y auténtico cuerpo de seguridad local.

La actuación de la Policía Municipal mejoró considerablemente. con la llegada de los socialistas, pero ciertas barreras no han sido superadas todavía, tales como la descoordinación con la policía gubernativa y la exagerada contundencia en determinadas acciones.

Los violentos incidentes protagonizados recientemente por la Policía Nacional en el barrio de Malasaña lograron mostrar al actual gobernador civil de Madrid, José María Rodríguez Colorado, la descoordinación entre el cuerpo local y la policía gubernativa.

En Madrid nadie se ha preocupado hasta ahora por unificar las centralitas del 091 y 092 (Policía Nacional y Policía Municipal), cuya desconexión ha provocado serios incidentes y una falta de efectividad en las actuaciones policiales, como reconoció públicamente el gobernador civil.,

Los socialistas argumentan que ahora el Gobierno logrará solucionar este problema cuando sea aprobada la ley de unificación de la Policía Nacional y el Cuerpo Superior de Policía, que regulará y establecerá los límites del campo de acción de los cuerpos locales, pero ello no es óbice para que, hasta el momento, se haya mantenido esta ilógica estructura.

La Policía Municipal se ha quejado, y con razón, en los últimos años de la discriminación de que eran objeto con respecto al resto de la policía. Sectores sindicales de las fuerzas del orden municipales denunciaron públicamente en numerosas ocasiones que su servicio concluía en las comisarías, donde eran tratados despectivamente, y que este cuerpo gozaba de poca credibilidad Ante el estamento judicial.

La Policía Municipal siempre ha sido considerada como un cuerpo de segunda fila, a la altura de los serenos, y esto ha provocado enfrentamientos entre este cuerpo y la policía gubernativa. En este sentido, la gestión socialista ha sido positiva, y esa imagen ha ido variando hasta el punto de conseguir que los municipales no sean considerados exclusivamente guardias

La Delegación de Seguridad sirvió de brega y trampolín político para José Barrionuevo y Rafael Vera

de tráfico y se respete el gran número de funciones que realizan diariamente.La contundencia de sus actuaciones se ha dejado ver en las operaciones que necesitaban mayor delicadeza y tacto. Prueba de ello fueron los sucesos que protagonizaron los municipales al irrumpir innecesariamente en una verbena en el Retiro durante las fiestas de San Isidro de 1981, que culminó con un enfrentamiento entre los asistentes y los municipales. La Policía Nacional intentó, sin acierto, restablecer la calma, pero la actuación de los municipales ya había encrespado los ánimos.-Exagerado fue también el desalojo, ordenado directamente por José Barrionuevo, de un grupo de feministas que se habían encerrado en el Ayuntamiento de Madrid en solidaridad con las once mujeres que fueron acusadas en Bilbao de prácticas abortivas. La violenta actuación de la Policía Municipal se zanjó con un balance de 25 heridos, seis de ellos municipales.

Protección Civil y bomberos

Por otra parte, este departamento puso en marcha un cuerpo de Protección Civil, que lleva 10.000 horas de servicio y cuenta con 1.500 voluntarios. Su trabajo comenzó por analizar Madrid, estudiar sus posibles riesgos, cuantificar los medios con que se cuenta, cómo utilizarlos y reponerlos. Este cuerpo tratará de solucionar los problemas planteados ante situaciones excepcionales, como una nevada salvaje, una huelga de servicios, evacuaciones, sequías, incendios en grandes edificios, etcétera.

Este cuerpo no contó con el apoyo del Gobierno de UCD, pero, tras la victoria electoral del PSOE, la unidad comenzó a trabajar sin obstrucciones, aunque ahora se espera que se unifique con otras unidades de la Dirección General de Protección Civil, según informó el actual delegado de Seguridad, Enrique Mezquita.

La Unidad de Protección Civil cuenta desde su creación con una víctima, que fue convertida en héroe de la capital. Un voluntario de este cuerpo, Alvaro Iglesias, de 20 años de edad, falleció en un incendio ocurrido en la calle Carranza de Madrid, al intentar salvar la vida de varias personas que, se encontraban en el interior del edificio. A título póstumo, Álvaro Iglesias recibió la Cruz al Mérito de Protección Civil y la Cruz de la Orden de la Beneficencia. Un busto suyo, realizado a través de una suscripción popular, preside el parque de Berlín. Debajo se lee: "Madrid, a Álvaro Iglesias".

Los responsables del departamento de Seguridad y Policía Municipal han cambiado la filosofía respecto al hasta hace poco olvidado cuerpo de Bomberos. Se ha optado por abandonar la construcción de grandes parques y se tiende a la creación de pequeños cuarteles en los barrios, que facilitan la operatividad y permiten llegar a un incendio en menor tiempo.

La renovación y compra de material ha ascendido en estos últimos cuatro años a unos 300 millones de pesetas.

Colaboración entre policía local y gubernativa

El PSOE se compromete en su programa a potenciar la policía de barrio y prestar especial atención a la vigilancia nocturna. Los socialistas pretenden ampliar las competencias locales en las áreas de Policía Municipal, bomberos y protección civil, dado que "la seguridad ciudadana depende de todo el sistema urbano, como sanidad, cultura, tráfico, abastos, ocio, etcétera".La coalición AP-PDP propone la creación de patrullas motorizadas de vigilancia nocturna de distritos, y de vigilancia de parques y red periférica, tanto de día como de noche. Asimismo, cree necesaria la puesta en marcha de la policía de manzana, en contacto directo con el ciudadano, y la formación de una patrulla ecologista.

El PCE desea que la Policía Municipal se convierta en un cuerpo de protección y auxilio a los ciudadanos, no militarizado y desarmado, salvo en la protección de edificios municipales y vigilancia nocturna preventiva. Los comunistas pretenden que la policía se adecue a garantizar la defensa de la democracia y de las libertades de forma clara y firme y no signifique un freno para las mismas.

El CDS considera necesaria la colaboración y coordinación de la Policía Municipal con la gubernativa y, en su caso, la autonómica. En tal sentido, propiciará el establecimiento de juntas de coordinación paritarias de autoridades autonómicas y municipales, incluidos los ayuntamientos del área metropolitana.

El PDL persigue potenciar la vigilancia diurna y nocturna, la colaboración entre la Policía Municipal y la Policía Nacional, la creación de un plan de defensa civil y un plan informático de servicios de urgencia.

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