El desarrollo de la campaña electoral portuguesa confirma al PSP como favorito

Conforme se aproxima la fecha de las elecciones portuguesas, el día 25 de abril, parece confirmarse como favorito el Partido Socialista Portugués (PSP), que dirige Mario Soares. El factor dominante de la primera parte de la campaña es el creciente deterioro de las posibilidades de triunfo del Partido Social Demócrata (PSD). Su líder, Carlos Mota Pinto, no pudo ayer hacer uso de la palabra en un mitin celebrado en Almada, un suburbio de Lisboa, a causa de abucheos de miembros de Afianza do Povo Unido, comunista.

Entre la dinámica de victoria que anima a los socialistas y los ataques, cada vez más duros, de los demócratas cristianos del Centro Democrático y Social (CDS), el nuevo líder del PSD se presenta cada vez más, no como el posible árbitro de la futura coalición gubernamental, sino como una figura secundaria.Al comienzo de la campaña, la disputa estaba centrada entre los dos aspirantes que contaban con mayores posibilidades de lograr la investidura de primer ministro: Mario Soares y Carlos Mota Pinto. El candidato del PSD no ha podido mantener sus expectativas a este nivel y la cuestión que se plantea ahora es la de saber si aceptará ser el número dos de un Gobierno dirigido por el secretario general del PSP, o si cederá a las presiones del CDS para rehacer, en la oposición, la coalición Alianza Democrática.

En este último caso, tampoco puede aspirar al liderazgo de la oposición. El ex Presidente del CDS, Diego Freitas do Amaral, salió del retiro político en el que se encontraba desde que renunció a sus cargos en el Gobierno y en el partido, para apoyar al nuevo líder de los democratacristianos, Francisco Lucas Pires.

El papel de Freitas

La intervención en la televisión de Freitas do Amaral ha sido particularmente negativa para el PSD. Se presentó como el fundador, junto al desaparecido Francisco Sa Carneiro, de Alianza Democrática, y acusé a los dirigentes socialdemócratas del hundimiento de la coalición y de los aspectos negativos de la acción del Gobierno en los últimos tres años.

Su mensaje al electorado centrista y de derecha ha sido muy claro: para vencer a los socialistas es preciso reconstruir Alianza Democrática sobre otras bases, es decir, en tomo al Partido Demácrata Cristiano, y bajo la dirección de éste.

A su vez, el secretario general del PSP, consciente del derrumbamiento de su rival socialdemócrata, dedica, en esta segunda parte de la campaña, mayor atención al electorado de izquierda. Para Mario Soares, un excesivo retroceso del PSD es particularmente peligroso: hay que evitar que los comunistas, que hicieron prueba en todos los actos electorales realizados hasta la fecha en Portugal de una excepcional estabilidad, puedan surgir de los comicios del 25 de abril como la segunda fuerza política portuguesa. El peligro, de momento, no parece inminente, pero puede ganar credibilidad a medida que se confirma el descalabro de los socialdemócratas.

En su primer mitin en Lisboa, Soares apareció en público al lado de Vítor Constancio, su antiguo ministro de Hacienda y líder de la tendencia minoritaria del partido socialista, No se trataba únicamente de demostrar que el PSP no está dividido en las cuestiones fundamentales. La presencia de Constancio en un futuro Gobierno socialista es una especie de garantía para amplios sectores de izquierda, dentro y fuera del PSP, de que la política económica no hará excesivas concesiones al economicismo y el monetarismo.