Discreto final de la gira por Centroamérica de los ministros del 'grupo de Contadora'
La gira relámpago que en poco más de 24 horas han realizado los cuatro cancilleres del grupo de Contadora (México, Colombia, Venezuela y Panamá) por todos los países centroamericanos finalizó ayer en Guatemala con un discreto silencio. Con la información de primera mano obtenida de cada Gobierno tratarán ahora de elaborar una plataforma de negociación que resulte aceptable para todos. Es posible que se combine un diálogo bilateral entre Nicaragua y Honduras con una conferencia regional de cancilleres.El presidente costarricense, Luis Alberto Monge, que recientemente se ha despegado de su alineamiento con Washington para aproximarse a las posiciones del grupo de Contadora, manifestó al término de la reunión que el proyecto que consideraba más viable era la conferencia de los cinco países centroamericanos, con la presencia, como observadores, de México, Colombia, Venezuela, Panamá, República Dominicana, Jamaica y Belize. No descartó, sin embargo, una reunión bilateral entre Nicaragua y Honduras.
A su paso por Managua, donde conversaron por espacio de tres horas con el comandante Daniel Ortega y el canciller Miguel D'Escoto, el secretario mexicano de Exteriores, Bernardo Sepúlveda, declaró que habían encontrado simpatía y apoyo a su gestión por parte de las autoridades nicaragüenses, pero no quiso anticipar resultados.
San Salvador fue probablemente la etapa más fría de la gira. El ministro salvadoreño de Exteriores, Fidel Chávez, reiteró la posición de su Gobierno en favor de un diálogo multilateral que busque soluciones globales. Pero el presidente Álvaro Magaña se preocupó de matizar que el problema salvadoreño debe ser resuelto por los salvadoreños, lo que supone una implícita negativa a que la guerra civil de este país pueda entrar en el paquete de negociaciones.
Esto refleja punto por punto la posición del Departamento de Estado norteamericano, que ve las negociaciones en Centroamérica como un instrumento para forzar a Nicaragua a que deje de apoyar a las guerrillas y convoque elecciones generales.
En Tegucigalpa, el canciller, Edgardo Paz, se congratuló de las gestiones emprendidas por el grupo de Contadora, aunque reiteró que "son los centroamericanos quienes deben resolver sus propios problemas". Una vez más dijo que la paz en la región está amenazada porque Nicaragua, con "su exagerado armamentismo, rompió el equilibrio militar".
El canciller guatemalteco, Eduardo Castillo, abundó en la idea de que es a los Gobiernos de Centroamérica a quienes toca resolver sus diferencias, aunque admitió la presencia de testigos honorables en este diálogo multinacional.
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