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Bando del alcalde dedicado al teatro

El alcalde de Madrid hizo público ayer un nuevo bando en su habitual estilo quevedesco. En esta ocasión ha sido dedicado al Día Mundial del Teatro, y algunos de sus párrafos dicen:"Madrileños: desde que esta villa de Madrid obtuvo el florido título de capital de las Españas, creció tanto entre sus vecinos el gusto por el teatro que se multiplicaron las compañías de representantes, yendo cada vez a más con su número su prestigio. Hízose entre nosotros el teatro espectáculo para todos común y cotidiano, al extremo de alzarse tantas casas para representar comedias que había pocas ciudades, villas y aun pueblos de escasísima vecindad que no las tuviesen, y llegó a ser con el tiempo punto de honra y caso de mayor valer que la fábrica de los teatros fuese de grandísimo lujo y apariencia, disponiendo de espacio y medios de tanto aparato que nada pudiera dejar de fingirse de cuanto toca a la general conversación hablada con que los hombres se comunican o los naturales o artificiales escenarios en que acaece, siempre con el mayor boato y debida propiedad y acierto".

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"En estos teatros, que en su día llamáronse corrales, representan comediantas y comediantes de mucha fama y respeto, educados en el bien decir y aparentar, que hacen con propiedad suma tragedias, comedias, autos, pasos y también, si el caso llega, jácaras, loas y entremeses cuando no curiosos bailes como la chacona o la zarabanda, y en ocasiones discretísimas zarzuelas".

"Como buenos repúblicos han conservado los madrileños la añeja afición al teatro, al que asisten viejos y mozos, hombres y mujeres, potentados y menesterosos, atraídos por el arte del cambio, mudanza y trueque de figuras y semblantes y por la propia sustancia del sujeto que en los corrales o teatros se representa".

"De las profundas alteraciones que en su cuerpo y rostro han de hacer los cómicos que en el teatro bullen, son buen ejemplo los representantes mozos, que a las veces han de cambiar el semblante de lozano, saludable y sonrosado en otro flaco, macilento y verdinegro, haciendo vieja a la joven, desmañada a la airosa y deforme a la de gentil talle, trastrocando la edad y los bríos con la apariencia de la ancianidad achacosa y deforme. Destreza ésta incomparable que arrebata al tiempo su poder apresurando con artificios su obra, particularmente cuando gozan los representantes, además del arte de decir del don de simular que se es quien no se es, sin dejar de ser quien de verdad se es".

"Pero sin calzar tantos puntos ni volar tan alto, es ciertísimo que cuando llegan los cómicos a cualquier lugar o lugarejo, por rústico y ruin que sea, desarman el carro y con una manta que telón hacen luego representan, villanos y aldeanos ríen, lloran, se enfrían o enardecen, según la acción lo pide, volviendo a la dulcísima edad de la inocente puericia, con lo que viene el teatro a hacer a los hombres niños sin más enojo ni rencor que lo que la bendita candidez permite".

"Colmen, pues, los madrileños, tan afectos al noble espectáculo del teatro, patios, cazuelas, aposentos, desvanes y tertulias, para, escuchar, aprender y aplaudir a los cómicos y también a los autores, pues son éstos parte esencialísima del público espectáculo teatral, ya que inventan la fábula, describen la acción y dicen cuáles son los modos y medios de presentar y representar aquello que cómicos con especial talento y finura han después de dar ánima y existencia más real que nuestra propia existencia".

"Sería provocación y ofensa perversa a la justicia no recordar a los artífices de ingenios, oficiales de máquinas y hombres juiciosos que conducen y manejan la tramoya, merced a los cuales la imaginación se hace bulto, y la fábula, corpórea verdad".

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