Los Gobiernos de la CSCE estudiarán en Semana Santa la clausura de la reunión
La clausura de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), que se celebra en Madrid desde el 11 de noviembre de 1980, está pendiente de la aceptación o no, por parte de los Gobiemos integrantes, del proyecto de declaración finalpresentado el pasado 15 de marzo por el bloque de países neutrales y no alineados.Las sesiones fueron interrumpidas ayer con motivo de la Semana Santa y se reanudarán el próximo día 19 de abril Para entonces, según la impresion recogida ayer en medios diplomáticos, las distintas delegaciones expondrán la decisión de sus Gobiernos sobre la propuesta de los neutrales de dar por terminada la Conferencia de Madrid el próximo 27 de abril. El documento prevé también la reanudación de la CSCE en Viena en 1986 y la celebración de una conferencia sobre derechos humanos, en Otawa, en 1985, y otra sobre desarme en Estocolmo, en noviembre de este año.
Según el embajador español, Juan Luis Pan de Soraluce, si después de la reanudación de las reuniones no se llega a un acuerdo para finalizar la Conferencia, habrá que admitir que no se ha conseguido el éxito y convendrá ir pensando en un aplazamiento.
Las versiones recogidas tanto en medios occidentales como orientales coinciden en que es necesano considerar el documento presentado por los neutrales y no lineados en su conjunto y no punto por punto. Pan de Soraluce, que se muestra esperanzado, pero no optimista, considera que el proyecto de declaración "se queda corto" y no puede prosperar tal como está redactado ahora mismo.
El embajador español estima que será necesario incluir algunos retoques, los mínimos posibles, para con que el documento sea aprobado por unanimidad. Pan de Soraluce cree, sin embargo, que no es conveniente que cada delegación haga públicos los puntos que considera mejorables, ya que de esa manera se llegaría a una lista de veinte o treinta aspectos discutibles, con lo que la conferencía se eternizaría.
El jefe de la delegación española cree que, desde el punto de vista técnico, prácticamente no se puede avanzar más, por lo que es partidario de una solución política. Pide a los países que olviden los particularismos, la defensa de las ideas de las que son autores y hagan una valoración global del documento de los neutrales y no alineados.
Aunque ninguna delegación ha manifestado públicamente una decisión sobre el actual proyecto de declaración final, los comentarios en los pasillos de Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid, que ayer abandonaban los delegados con la esperanza de que su próxima visita a la capital española sea la última, coincidían en que los países del Este son muy favorables a llegar a un acuerdo sobre la base actual. Por el contrario, el bloque occidental, particularmente Estados Unidos, na parece muy decidido a aceptar el final de la conferencia en las condiciones actuales.
El embajador de Polonia, Wiezjac Konarski, reconoce que "nosotros hubiésemos deseado un documento más favorable a nuestras posiciones", aunque insiste en la necesidad de, analizar las actuales propuestas globalmente.
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