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ARAGÓN

El Ayuntamiento de Zaragoza aprueba normas para proteger el histórico de la ciudad

El Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado un plan especial para la conservación y protección del casco histórico de la ciudad. Ahora se abre un período de Información pública, durante él cual los zaragozanos podrán exponer sus alegaciones y sugerencias.

El documento fue aprobado con la abstención del Partido Aragonés Regionalista y la concejala delegada del Patrimonio, la ucedista María Antonia Avilés, quien calificó la aprobación de precipitada, indicando que "no hay solución en un tema tan importante como son las excavaciones arqueológicas, que paralizan obras de pequeñas empresas". Según esta concejala, los 2.000 millones que se destinarán a restaurar y conservar edificios son insuficientes. El área de actuación del plan comprende la antigua ciudad irnedieval, donde se incluyen barrios tan populares como el Tubo, San Pablo, la Magdalena o monumentos tan significativos como el Pilar, la Seo, las murallas romanas. En esta zona están ubicados prácticamente todos los edificios histórico-artísticos con que cuenta la ciudad.El plan contempla "una instrumentalización de política de rehabilitación de viviendas, incentivando la reimplantación de población fija en las áréas más desvitalizadas". Un aspecto que se presenta como conflictivo es el de la financiación, que correrá a cargo del Estado, el Ayuntamiento y los residentes: "No se quiere obligar a, nadie; los vecinos deben mentalizarse de que las viviendas que ocupan cumplen una función social y es precisamente en función de la misma por lo que se han pensado las reformas".

El equipo de arquitectos que ha elaborado el plan, bajo la dirección del madrileño Alfonso Fernández Castro, lo define como "un programa de conservación" que "persigue, principalmente, la catalogación del patrimonio artístico, la transformación de áreas para vehículos en peatonales, dar una solución al problema del tráfico y rehabilitar las zonas más degradadas".A su vez el representante del grupo comunista criticó la filosofia del proyecto, ya que, según él, "se preocupa más de conservar restos arqueológicos que de potenciar la vitalidad de una parte importante de la ciudad, que corre el riesgo de convertirse en una zona excesivamente de servicios o sólo accesible a las clases mejor dotadas económicamente". Para el portavoz del PSOE lo que el Ayuntamiento pretende con el plan es hacer del casco histórico algo habitable y no un museo.

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