Expediente de reducción de empleo en la fábrica de AEG en Terrassa
La fábrica de motores eléctricos AEG de Terrassa (Barcelona), perteneciente al grupo multinacional alemán AEG-Telefunken (52%) y a su filial española AEG Ibérica (48%), presentó ayer ante la autoridad laboral en Barcelona un expediente de reducción de plantilla que afecta a 120 personas, según informó en Madrid el presidente de la fábrica y consejero delegado de AEG Ibérica, Hans Horst Semmel.El comité de empresa de la fábrica está estudiando la posibilidad de convocar una huelga en contra de la reducción de plantilla. Los trabajadores de la empresa planeaban ayer una marcha desde los locales de AEG hasta el ayuntamiento de la localidad, informa Elena Lorente desde Barcelona.
Según Semmel, la huelga perjudicaría la actividad exportadora de la planta, que supone un 60% de la producción con un monto de mil millones de pesetas y se destina mayoritariamente a la RFA, Dinamarca, Holanda y Bélgica, entre otros países europeos. En lo que va de año, la fábrica AEG de Terrassa ha realizado ventas que están dentro de las previsiones empresariales.
La subsistencia de la fábrica de motores de Terrassa, cuya plantilla es actualmente de unas 850 personas, depende del apoyo financiero que esté dispuesta a prestar la Administración (Gobierno central y Generalitat de Cataluña), ya que, debido a la crisis económica por la que atraviesa en la RFA, el grupo AEG-Telefunken no puede respaldar financieramente las actividades de AEG en España, ha subrayado Semmel.
El abandono total de la producción de motores eléctricos en la RFA por parte de AEG-Telefunken, que supuso la recesión de contrato para 2.000 trabajadores , puso a la fábrica de Terrassa ante la disyuntiva de cerrar sus puertas tras una inversión de 2.000 millones de pesetas en los dos últimos años, o mantenerse abierta, previa ayuda de la Administración española, señaló el consejero delegado.
Actualmente, AEG Ibérica proyecta el traslado a Terrassa de una parte de la maquinaria que se ha dejado de utilizar en la clausurada planta de Berlín, y una ampliación de la serie de motores que se venía fabricando en España para ofrecer al mercado internacional los modelos cuya producción se ha suspendido en la República Federal de Alemania. Según Semmel, la Administración española no ha respondido aún a la petición de ayuda de la fábrica de AEG en Terrassa, que perdió setecientos millones de pesetas en 1982 y prevé pérdidas de cuatrocientos millones de pesetas en 1983.
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