La dirección del PCE estima que Carrillo está 'al margen de los acuerdos del Comité Central'

El discurso que pronunció ayer Santiago Carrillo, en el acto de conmemoración del centenario de la muerte de Marx, en un cine de Madrid, en el que intervinieron también el secretario general del PCE, Gerardo Iglesias, y José Sandoval, y donde el ex primer dirigente comunista hizo fuertes críticas al Gobierno y terminó con la frase "Proletarios y pueblos de todos los países, uníos" fue calificado ayer de apocalíptico por medios cercanos a la dirección del PCE, que manifestaron que Carrillo "ha lanzado un reto y un torpedo a la actual dirección del partido, ha llamado a la revisión del eurocomunismo y se ha situado fuera de los acuerdos aprobados por el Comité Central la noche anterior".

El ex secretario general abandonó la reunión del Comité Central el sábado por la noche, al igual que uno de los vicesecretarios, Jaime Ballesteros, antes de que se procediera a la votación del informe político de Gerardo Iglesias y del documento sobre la situación económica, cuyos puntos más debatidos fueron la postura comunista ante el PSOE y la política sindical del PCE.El documento aprobado por el Comité Central en la madrugada de ayer, tras día y medio de reunión, reitera "la disposición de los comunistas a apoyar cuantas medidas del Gobierno supongan avances progresistas"; critica la acción gubernamental en el terreno de las libertades, "pese a actuaciones positivas" y llama a la movilización "contra la derecha económica y social". El documento de la dirección entiende esa movilización "como una acción de masas, responsable, que busca la más amplia unidad posible, cuyo objetivo fundamental es hacer frente a la ofensiva de la derecha política y económica" y que se propone "exigir del Gobierno una actitud más decidida" en todos los órdenes.

Junto a la huida a críticas frontales al Gobierno socialista y las referencias a la derecha como destinataria de las movilizaciones en el documento del Comité Central, Carrillo calificó la expropiación de Rumasa de "medida conservadora" y atacó duramente al Gobierno "porque no se van a crear los 800.000 puestos de trabajo prometidos; no saben hacerlo ni tienen confianza en ellos mismos" dijo; mientras el Comité Central llama "a la recuperación de antiguos militantes", Carrillo calificó ayer de pulgas a quienes abandonaron el PCE, El ex secretario general fue recibido con una gran ovación por parte de los asistentes, de edad superior a los cincuenta años, en su mayoría y levantó al público de sus asientos en varías ocasiones.

Después de mostrarse partidario de que "exista una dictadura revolucionaria que contrarreste a la contrarrevolución" en países como Nicaragua, Angola y Cuba, Carrillo manifestó que "la ola revolucionaria llegará aquí, a la Europa que hoy está dominada por el reformismo", y leyó una carta de Engels a Lafargue en la que el primero trata despectivamente a los estudiantes pequeñoburgueses, entre los aplausos de los asistentes de más edad. El secretario general del PCE, Gerardo Iglesias; el vicesecretario Enrique Curiel y otros dirigentes, como Marcelino Camacho o Simón Sánchez Montero, permanecieron ostensiblemente sin aplaudir en algunos pasajes del discurso de Carrillo.