El prestigio de la judicatura italiana pende del gasto en café de sus más altos representantes
El Consejo Superior de la Magistratura italiana -la más alta instancia judicial del país- está amenazado de disolución porque sus miembros habrían consumido demasiado café, a juicio del fiscal de Roma. No se trata de una broma.En efecto, uno de los abusos que habrían cometido todos los miembros del Consejo, a excepción del presidente Sandro Pertini, a los que se acusa de malversación de fondos públicos, es el consumo excesivo de café a costa del contribuyente.
Al margen de este aparente aspecto festivo, la opción judicial emprendida supone un problema extremadamente serio. En teoría, cada miembro inculpado del Consejo debe cesar en sus funciones para que la justicia siga su curso. Pero habida cuenta que son 32 los afectados, de los 33 que componen la suprema magistratura, lo que se plantea es la disolución pura y simple del alto organismo.
La cantidad gastada en café por los consejeros, según cifras obtenidas en otoño pasado por el diputado radical Franco de Cataldo -cuya pregunta a la Cámara de Diputados dio lugar a la apertura de la investigación judicial sobre el tema-, se eleva al millón de liras por mes (unas 100.000 pesetas).
El diputado radical acusó también a los magistrados de tomar demasiado a menudo el avión, incluso para pequeños desplazamientos. El asunto, que ha hecho sonreír a los italianos, cuyo Gobierno se esfuerza por reducir el déficit presupuestario, puede tener aspectos muy serios, entre ellos el descrédito de la institución judicial.
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