La OPEP bajará cinco dólares el precio del barril, pero no anunciará el acuerdo hasta garantizar su permanencia
Las cuotas de producción de Venezuela, Irán y los Emiratos Arabes Unidos parecen ser los únicos obstáculos que impiden todavía la publicidad del acuerdo de la OPEP sobre reducción de precios del petróleo y niveles de producción. Los ministros de los trece países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo prosiguieron ayer en Londres, por sexto día consecutivo -décimo para -alguno de ellos-, las negociaciones, que continuarán hoy, según afirmó a última hora de la noche de ayer el ministro de Qatar. La duración de esta reunión, la más larga en los veintitrés años de existencia de la OPEP, indica, sin embargo, la absoluta determinación de los países productores de salvar la OPEP y llegar, cueste foque cueste, a un acuerdo. Nadie se levantará de la mesa hasta que pueda anunciarse que el precio del petróleo baja cinco dólares el barril, de 34 a veintinueve, y que la OPEP sisme existiendo.
Las declaraciones recogidas ayer por EL PAÍS en el hotel londinense donde se celebra la reunión indican que el acuerdo podría alcanzarse hoy. "Faltan sólo pequeñas cosas", dijo el ministro libio. El jeque Yamani, de Arabia Saudí, se mostró también optimista: "Mañana hablaré con ustedes". Igualmente, momentos antes de las diez de la noche, hora de Madrid, Hamid Zaheri, miembro del Secretariado de la OPEP, afirmó: "Estamos llegando a un acuerdo. El ambiente es bueno. Soy muy optimista. Creo que mañana por la tarde (por hoy domingo) podrá anunciarse".Lo que se han jugado los ministros de la OPEP en Londres es la supervivencia de la organización. Ahora, cuando se aten todos los cabos, habrá que esperar, según los expertos, la reacción de las grandes compañías y del Reino Unido, quinto productor mundial, que no es miembro de la organización.
Las grandes multinacionales llevan más de dos meses resistiendo sin comprar petróleo, o comprando poco, a la espera de que bajara el precio, hasta el extremo de que las compras mundiales en febrero de este año han bajado hasta los niveles de 1968. ¿Podrán resistir más tiempo y forzar al Reino Unido a disminuir de nuevo su precio, con la consiguiente e inmediata reacción de la OPEP?
Los observadores creen que si las compañías no compran el petróleo del mar del Norte (Reino Unido y Noruega) a 30,50 dólares, la British National Petroleum Corporation (BNPC) tendrá que moverse de nuevo a la baja o reducir su producción, lo que parece muy improbable.
De momento, el ministro británico para la Energía, Nigel Lawson, ha puesto su grano de arena para convencer a los compradores de la cordura de estabilizar el mercado. El Reino Unido no piensa, contra lo que dijo a principios de año, en incrementar su producción, y si se ve obligado a bajar el precio, lo hará en las mínimas proporciones.
Problema básico
El problema básico se plantea entre el petróleo de Nigeria, país miembro de la OPEP, y el del mar del Norte, de calidad muy parecida. Los ministros reunidos en Londres parecen haber aceptado la idea de cambiar la estructura de precios de la organización de forma que Nigeria pueda vender más barato que su directo competidor, es decir, a treinta dólares el barril, frente a 30,50 dólares del petróleo británico. Esto supone reducir también la diferencia que ha venido existiento entre el precio del ligero arábigo, calidad que ha servido de referencia, y el del nigeriano.
En las negociaciones desarrolladas ayer, que se prolongaron en sesiones de mañana y tarde y tarde-noche, se discutió fundamentalmente de las cuotas de Venezuela y los Emiratos Árabes Unidos.
El, ministro venezolano Humberto Calderón se mostró irritado a primera hora de la tarde y afirmó que Venezuela estaba dispuesta a colaborar, pero que "nuestro sacrificio tiene límite". Según Calderón, los demás países habían logrado cuotas aceptables, mientras que se exigía al suyo que limitara su producción a 1.800 barriles por día. El país latinoamericano tiene un gran endeudamiento exterior y necesita las divisas que produce el petróleo para pagar los intereses.
Irán pretende todavía reducir la producción de Arabia Saudí, afirmando que los ingresos que le producen 700.000 barriles diarios son dedicados por Riad a sufragar a Irak en su guerra contra el régimen de Jomeini.
México, que tampoco es miembro de la OPEP, parece dispuesto, según fuentes próximas a esta organización, a alinearse voluntariamente con la decisión que adopten los trece países reunidos en Londres. Una guerra de todos contra todos podría suponer la puntilla para la desastrosa situación financiera de dicho país.
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