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La banca y las cajas de ahorro pueden recibir subvenciones para potenciar el crédito a la exportación de productos nacionales

Si se confirma la reducción en el precio del barril de petróleo a veintinueve dólares y se mantiene la tendencia al descenso en el consumo del crudo por parte de la economía española, el impacto en la balanza comercial española supondría durante 1983 un ahorro entre mil y 1.200 millones de dólares, según cálculos que maneja la Secretaría de Estado para el Comercio. El pasado Consejo de Ministros aprobó el decreto-ley de crédito a la exportación por el que se modifica lo legislado actualmente y abre el camino a que la banca privada y las cajas de ahorro puedan recibir subvenciones para potenciar los créditos a la exportación de los productos nacionales.Luis Velasco, secretario de Estado para el Comercio, manifestó, en una conferencia de prensa, que, según los cálculos teóricos que había realizado su departamento, si el precio del crudo saudí queda fijado en veintinueve dólares por barril y se mantuviera la tendencia al descenso en el consumo de petróleo -en 1982 el descenso respecto al año anterior fue superior al 10%- en torno a un 5%, el ahorro en el pago de importaciones se situaría por encima de los mil millones de dólares. No obstante, declaró, teniendo en cuenta que el consumo en enero de 1983 ha crecido un 3% en relación al mismo mes del año anterior, las cifras manejadas no dejan de ser meras aproximaciones.

Las previsiones que con estas premisas se hacen en el Ministerio de Economía y Hacienda sobre el déficit de la balanza por cuenta corriente son de llegar a final de año con un saldo negativo de 2.800 millones de dólares, frente a los 4. 100 millones con que se cerró el ejercicio de 1982.

Cuota de comercio

Para el secretario de Estado de Comercio, el mantenimiento de la cuota de comercio de petróleo es una necesidad, ya que garantiza los abastecimientos para momentos claves y además la reducción en el precio medio del barril no es tan significativa como para justificar ir a la supresión de dicha cuota. En 1982, el precio medio del barril de petróleo adquirido fuera de la cuota de comercio -estuvo un dólar por debajo del comprado mediante los contratos Estado-Estado.Dentro de los objetivos del Gobierno para el año actual se encuentra el lograr un crecimiento de las exportaciones en términos reales del 5%, mientras que el comercio mundial lo hará aproximadamente en la mitad de este porcentaje.

Ello significa ganar cuota de mercado y, para ello, parece imprescindible ampliar los instrumentos financieros, que cada día se muestran como más imprescindibles para vender los productos en el exterior.

El Consejo de Ministros del pasado miércoles aprobó un decreto-ley por el que se modifica las posibilidades de acceder a los fondos estatales para subvencionar los créditos a la exportación. El decreto-ley recoge la posibilidad de que todas las instituciones financieras, banca privada, cajas de ahorro y bancos extranjeros, tengan o no representación en España, puedan obtener recursos en divisas o en pesetas para prestarlos a exportadores, recibiendo una subvención equivalente a la diferencia entre el precio a que les cuesten esos recursos y los tipos de interés a que tengan que prestarse dentro del "consenso de la OCDE".

La discusión entre la Administración y la banca privada española se ha centrado en si a este mecanismo de subvención podían acceder todas las instituciones bancarias o si, por el contrario, sólo lo podían hacer aquéllas que estén domiciliadas en España y, por tanto, tienen que cubrir un coeficiente para la exportación que, en el caso de la banca, es del 3%.

La Asociación Española de Banca Privada (AEB) mantenía que no era justo que un banco extranjero sin sucursal en España pudiera realizar operaciones subvencionadas, ya que no cargan sobre sus espaldas con los créditos que obligatoriamente tienen que conceder a tipos privilegiados en virtud de los coeficientes. La Administración ha preferido en el decreto-ley de modificación dejar la puerta abierta a todos los bancos sin distinción, siguiendo el modelo puesto en práctica en Italia, aunque se señala que en el decreto que desarrolle la nueva ley se puede imponer una cierta cautela para los primeros años, por la cual los bancos extranjeros que no estén presentados en España no puedan acogerse a las subvenciones.

La modificación de las fórmulas de financiación a las exportaciones trata de agilizar los expedientes pasando todos ellos a través de la Compañía Española de Seguros de Créditos a la Exportación (CESCE), sin necesidad de que se cree una nueva comisión que acepte las operaciones. Los créditos concedidos mediante divisas obtenidas en el exterior tendrán que tener una cierta cobertura para dicha financiación, lo que supone un encarecimiento de la póliza que se suscriba con el CESCE.

Las previsiones que se hacen en estos momentos de nuevos recursos para financiar exportaciones a lo largo de 1983 se cifran en 257.000 millones de pesetas, que vendrán a añadirse al billón de pesetas que representa el crédito vivo a la exportación.

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